Entre estantes

[Basil Markinswell]

Ya poco quedaba del bronceado que había adquirido en Saint Jean Cap-Ferrat y del chico satisfecho de sí mismo, superficial y bobo que había dejado Hogwarts. Basil se sentía extraño, molesto, como si hubiera pasado mucho más tiempo y esos Julio y Agosto fueran eternos. Había hecho su mejor esfuerzo ante Joanne y sus padres pero a los Bagnold no les había convencido su cara de niño mimado, sus intereses habían sido bastantes obvios y sabía que no había causado una buena impresión. Sus 'suegros' habían desalentado la relación y aunque él seguía oficialmente de novio con Joanne, era cuestión de tiempo para que le presentaran a alguien mejor.
Luego el viaje 'de cacería' con Darrin lo había dejado del lado del revés, había expuesto todas sus costuras, sus falencias y sus defectos.

Estaba más callado de lo usual con su propia familia, y prefería evitar a todos, incluso a Pippa a quien adoraba. Por eso mantenía una distancia prudencial de sus hermanos menores que recorrían los locales del Callejón comprando los materiales de la lista que habían recibido hacía pocos días.
Habían entrado antes que él a Flourish and Blotts y Basil se dedicó a esperar que trajeran los libros que requerían los tres paseando por el local. Dio unos pasos entre las estanterías con aire aburrido, las manos en los bolsillos, y el rostro serio que tenía desde que había vuelto del viaje a Norwich.
No notó la figura pequeña en punta de pies, trepando los estantes, cuando pasó por el pasillo contiguo pero se detuvo para apoyarse contra una de las mesitas repletas de libros viejos. Basil estaba todavía ensimismado, hasta que levantó la mirada y la vio pero sin reconocerla. Su cerebro nunca hubiera imaginado que era la rarita la que estaba en dificultades, creía que era tan autosuficiente que nunca precisaría ayuda. Dudó un instante en acercarse o dejar que se las arreglara sola, quizás fuera divertido ver a alguien caer o provocar un desastre tirando media estantería de libros.

[Basil Markinswell]

La estaba observando con cierta diversión morbosa en sus ojos hasta que la chica giró y pudo reconocer el rostro de Alessa que scanneaba el pasillo. Si no estuviera apoyado contra una mesa, hubiera dado un paso hacia atrás para mantenerse lejos del alcance de su vista, así que sólo agachó levemente la cabeza y se cruzó de brazos, observándola trepar el pequeño peldaño que había construido con los libros.

Habían pasado tantas cosas ese verano que casi no había pensado en la rarita, pero ahora que la veía se preguntaba si seguiría sintiendo la misma atracción y si él querría seguir con sus encuentros en las mazmorras. Joanne ya no estaba en Hogwarts pero su relación (aunque con los días contados) continuaba y los motivos para esconderse también seguían. En parte creía que tener que esconderse era parte del encanto.
Basil levantó la mirada para comprobar que la rarita seguía sin tener éxito y el libro que quería tomar no se movía del estante. Decidió entonces acercarse intentando no hacer ruido hasta pararse detrás de ella y, poniéndose levemente en puntas de pie, alcanzar el libro y tironear de su borde para separarlo de los otros y poder retirarlo del estante.

[Basil Markinswell]

Había levantado el brazo para tomar el libro pasando por sobre la cabeza de la rarita cuando ella bajó del escalón de libros y se chocó levemente con su pecho.
Basil bajó el brazo y dio un paso hacia atrás para que ella pudiera acomodarse ahora que estaba nuevamente en el suelo. Luego sonrió sin despegar los labios "No importa" murmuró mirándola, esperando que ella levantara la cabeza e hiciera lo mismo. No debía disculparse, en todo caso era su culpa por pararse tan cerca de ella, Alessa no tenía idea de su plan de sorprenderla por detrás.
"¿Quieres que te ayude?" Su tono era apenas un poco más vivo que el de Alessa, aunque por primera vez en días se sentía interesado en hacer algo o ver a alguien.

[Basil Markinswell]

"Hey" repitió Basil. Le agradó que le sonriera al reconocerlo, por lo que mantuvo la mirada en ella y le devolvió el gesto, aunque no tan animado, fue una sonrisa sin despegar los labios. Lo alegraba verla, pero se sentía extraño, le avergonzaba un poco lo que había sucedido con Darrin unos días atrás. No quería que la rarita supiera nada pero tampoco le salía actuar normal.

"¿Cuál querías?" le preguntó entonces volviendo a mirar al estante que ella intentaba alcanzar "¿Aquél? Le señaló el libro de lomo marrón y azul.

[Basil Markinswell]

Las palabras quizás no fueran lo de ellos, particularmente a Basil en ese momento le costaba expresarse más de lo normal, así que no le reprochaba que no le hubiera escrito. Tampoco hablaban mucho cuando se encontraban en las mazmorras, lo de ellos era raro como Alessa y su gusto por las historias de terror, y no tenía un protocolo que pudieran seguir. ¿Él debería haberse acercado y haberle dado un beso a escondidas entre los estantes? No lo sabía y prefería no arriesgarse, era más cómodo esperar que ella diera el primer paso y le demostrara que estaba todo bien y podía acercarse o tocarla.

Prefirió concentrarse en tomar el libro y no mirarla al escuchar la pregunta de Alessa. Estiró el brazo y lo tomó por la parte superior, haciendo fuerza para separarlo de los otros y poder quitarlo del estante "No, estoy bien, sólo un poco cansado" mintió antes de bajar el brazo y volver a su posición para mirarla y entregarle el libro "Aquí tienes" le sonrió esta vez más sinceramente, en parque porque no quería que siguiera sospechando "¿Tú cómo has estado?" preguntó, aprovechando para cambiar el tema.

[Basil Markinswell]

"De nada" contestó, intentando aflojarse al sentir el beso de ella en su mejilla. Le agradó el contacto, lo hizo como bajar a la tierra y le recordó que en Hogwarts todo podía volver a la normalidad si él quería... el tema es que no estaba muy seguro de nada, no quería que todo siguiera como siempre, excepto por sus encuentros con Alessa. La miró, sintiendo repentinas ganas de devolverle el beso pero no era el momento ni lugar.

Alzó levemente las cejas, pensando en lo irónico de lo que la chica decía con respecto a su propia situación. "Quizás cree que si eres como quieren los demás te irá mejor" intentó justificar porque él hasta hace unos días opinaba igual "¿Quién quiere que seas?" le preguntó entonces.

[Basil Markinswell]

Le costaba pensar como Alessa lo hacía pero entendía su punto. Ella era feliz como era, sin fingir, y él hasta hace poco creía que sería más feliz siendo alguien más, eran opuestos en ese sentido. La escuchó atento a su rostro y sonrió de lado por las comparaciones.
"¿Quién dijo que no eres bonita?" quizás no le había aprestado atención al trasfondo del asunto, al drama por todas las cosas que Alessa sentía que no era, quizás estuviera aprovechando la oportunidad para asegurarse un mes más de encuentros a escondidas en la mazmorra pero al menos había retenido esa parte, con la que no estaba de acuerdo "Para mi lo eres" dijo llevando una mano hacia el rostro de la chica, con cuidado, rozándole la mejilla con sus dedos "Y mucho"

[Basil Markinswell]

Que fuera rara su apariencia y no fuera una chica convencional no le quitaba belleza. Quizás Basil había sido el primero en notarlo pero estaba seguro de que algún día otros más lo harían. La rarita ya era una mujer y, al menos a él, eso le gustaba. No era ni actuaba como una niña, sabía perfectamente qué quería y no iba con rodeos. Su cuerpo también había cambiado durante esos meses y mientras a Basil le crecía cada vez más rápido la barba, el cuerpo de Alessa se sentía diferente bajo la ropa cuando al besarse terminaban pegados uno al otro.

"Así que no deberías cambiar nada" -Especialmente lo de no tener novio- se reservó el comentario en su cabeza, dejando caer los dedos despacio por su mejilla para después soltarla "¿Sobre qué es el libro?" preguntó entonces bajando la mirada hacia él. Debía ser algo importante para que Alessa quisiera agarrarlo con tanta determinación y no se diera por vencida. Quería hablar de cualquier cosa menos de él mismo y lo mejor que podía hacer era mantenerla entretenida.

[Basil Markinswell]

Sus hormonas y él notaban perfectamente las curvas, ya estaban en el último año, eran mayores de edad y el franeleo se volvía más frecuente y descarado. Joanne era bonita también pero su belleza era diferente, más común, más obvia. Alessa con sus ojos oscuros y su rostro inmutable era distinta.

No tenía manera de asociar el color del lomo del libro con el de sus ojos pero igual le resultó curioso el motivo por el que ella se había estado esforzando tanto por tomar un libro fuera de su alcance. "¿Por el empastado?" repitió causándole algo de gracia, riendo levemente y pareciéndose más al Basil de siempre.

[Basil Markinswell]

Era un motivo extraño para empeñarse en tomar un libro y viniendo de ella no debería sorprenderle, pero aún así lo hacía. Casi tanto como que se quedara hablando con una mano en su mejilla. La escuchó y frunció levemente el ceño por un segundo. Le importaba poco de qué trataba el libro ahora que sabía que ella lo quería porque le recordaba a él. Después de esos meses, ya no tenía ese miedo tonto porque ella le quisiera quitar los ojos o algo así. Era rara pero no en ese sentido.
Basil llevó su propia mano hasta la de ella, para tomarla y acercarse, acariciándola ahora él en la mejilla a Alessa. Sus hormonas le pedían que fuera él quien tomara el control. "No sabía que te gustara tanto la astronomía" murmuró "Ni que extrañaras mis ojos" Estaba siendo un poquito engreído pero le gustaba saber que ella pensaba ocasionalmente en él. "¿Viniste sola de compras?" preguntó para saber si tenía chances de escaparse de su familia por un rato con Alessa.

[Basil Markinswell]

No creo que entre los planes de Basil esté andar por el colegio con un parche, aunque comenzaba a gustarle que a ella le interesaran sus ojos y que no tuviera reparos en decírselo.
Mantuvo una sonrisa tranquila, sin despegar los labios, mientras la escuchaba. Luego alzó la mirada, buscando a su hermana, que a estas alturas debía estar impaciente porque él había desaparecido dejándola sola para comprar y cargar los libros de los dos. Que Orla llamara a su elfo o algo, Basil estaba entretenido en algo más interesante. Alzó una ceja, volviendo a mirarla -¿Quién es Tom?- se preguntó porque era totalmente ignorante acerca de los empleados de ese lugar. ¿Que era el dueño? Seguía sin ser importante. Alessa le había dado demasiada información, mejor callarla y seguir con lo que se le había ocurrido. "¿Quieres que nos escapemos juntos por un rato?" le preguntó acercándose más como para quedar a segundos de darle un beso si ella accedía.

[Basil Markinswell]

Sonrió levemente al escuchar su respuesta y terminó de cerrar la distancia entre los dos, dándole un beso corto en los labios. Sentía la repentina necesidad de salir de ahí, de tomar aire fresco y tomarse vacaciones de sí mismo. Estar en su piel esas semanas había sido algo agotador, estaba cansado de pensar qué hacer y descubrirse siendo un fracaso o que sus metas no tenían la más mínima lógica ni ambición, según Darrin. Alessa era la excusa perfecta para huir por un rato.

"Ven, vamos" le ofreció la mano para que la tomara y se escabulleran juntos, necesitaba aprovechar un momento de distracción de Orla y perderse por el callejón con la rarita.

[Basil Markinswell]

No iba a caminar de la mano de ella todo el rato, pero para que Alessa lo siguiera y convencerla de salir de ahí juntos le pareció un buen gesto. Justamente le agradaba estar con ella porque no le pedía explicaciones y, aunque a veces analizara sus actos, era bastante piadosa con él.
Basil apuró el paso y procuró salir rápido por la puerta antes de que hiciera ruido la campana y su hermana pudiera verlos. Volteó a verla, y negó con la cabeza "Sólo demos una vuelta..." respondió antes de doblar en una de las esquinas que se abrían hacia callejones estrechos donde apenas podían caminar dos personas a la vez "¿Tú quieres ver algo en especial... o tomar un helado?" ofreció porque le parecía que era lo que hacían la mayoría de los alumnos que hacían sus compras en el callejón. Por un instante se le pasó por la cabeza que la rarita debía ser fan del callejón Knockturn y por primera vez no sintió desagrado en pasear por él mientras estuviera a solas con Alessa.

[Basil Markinswell]

Pero eso no quitaba que Basil se sintiera de alguna manera agradecido por todas esas cosas que Alessa dejaba pasar. Se sentía liberador estar con ella que no esperaba nada de él, era un alivio gigante a lo que estaba pasando por la mente de Basil en esos días.

Soltó despacio su mano y giró levemente la cabeza, procurando seguir cerca de la rarita. Alzó los hombros, porque él no era el mejor para dar consejos, sin embargo respondió "Deberías hacer con tu dinero lo que te plazca... si te hará feliz, deberías comprarlo igual" volvió la mirada al frente, reduciendo la velocidad de sus pasos "Aún tenemos todo un año por delante, Capitana" murmuró para molestarla "¿No deberías tener las mejores armas para pelear contra los Slytherins?" preguntó como si existiera una remota posibilidad de que Alessa o los ravenclaws del equipo les tuvieran miedo cuando sabía que no.
"Por mí está bien caminar también" finalizó tomando algo de aire e intentando relajarse ahora que estaba lejos de su familia.

[Basil Markinswell]

Pobre Alessa, necesitaba ravenclaws que fueran no sólo competitivos con los resultados de los exámenes y con responder primero las preguntas del profesor. Necesitaba gente que quisiera canalizar energía y le gustara la adrenalina de volar. Mientras tanto, Basil se regodearía en tener uno de los equipos con más ambición y ganas de jugar. La debilidad de sus enemigos sería su fortaleza y necesitaba tanto ocupar su mente que tomarse en serio el quidditch ese año no le haría mal.

"Entonces no lo hagas" contestó haciéndose el simple acerca de comprar o no el bate. Quizás el nuevo Basil no le buscara la vuelta a tantas cosas, si hasta había sido bastante claro en demostrarle a Alessa su interés de estar a solas con ella.
Iba a darle la razón a la rarita, incluso tenía una sonrisa en su boca porque ella lo había llamado capitán y sonaba bastante lindo incluso en su voz apática. Sin embargo, escuchar su segundo nombre no le causó tanta gracia. Apartó la mirada y se sintió estúpido por haber usado ese nombre cuando era más chico, avergonzado porque su padre era un desastre eligiendo nombres.
"Tampoco es agradable hacer pruebas y perder toda una tarde viendo niños que no saben ni atrapar una quaffle enojándose porque no los llamas ni para suplentes" los slytherins no eran los mejores lidiando con el rechazo "¿Con qué los sobornarás?" preguntó haciéndose el curioso, queriendo no prestar atención a los pensamientos oscuros que se le formaron al escucharla llamarlo Thierry.