Beyond Hogwarts RPG - Foro de rol Play-By-Post ambientado en el mundo de Harry Potter
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Sabores veraniegos
- Melwyn Blackwood
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Sabores veraniegos
Alzó la vista con preocupación cuando notó que la luz del sol estaba comenzando a invadir el espacio con sombra que había encontrado. Le daba un poco de miedo (y asco también, si nos sinceramos) regresar al interior de la taberna de Tom, por lo que prefirió quedarse en el espacio entre la parte trasera de la taberna y la pared de ladrillo que les abriría acceso al callejón Diagon. Ojalá Moira no se quedara esperándola ahí dentro o peor, fuera de la taberna, del lado muggle. No quería tener que salir vestida así al Londres no-mágico.
Se pasó las manos por las mangas del vestido con algo de nervios (no quería que se le acabara la sombra antes de que llegara su amiga), aprovechando para deshacerse de un pedazo de carbón que se le había quedado pegado entre la manga y el chal. Por suerte su mamá había entrado en razón y había unido una de las chimeneas a la red floo, por lo que finalmente Melwyn se sentía cada vez más parte del mundo decente, del de los magos y brujas. Si ser parte del mundo mágico significaba andar con ceniza y carbón en la ropa, con esas ropas pesadas e incómodas, que así fuera.
Más allá de su apariencia, seguía siendo una niña que internamente estaba entusiasmada por ver a su amiga e ir juntas a comprar algo en lo de Florean Fortescue.
Se pasó las manos por las mangas del vestido con algo de nervios (no quería que se le acabara la sombra antes de que llegara su amiga), aprovechando para deshacerse de un pedazo de carbón que se le había quedado pegado entre la manga y el chal. Por suerte su mamá había entrado en razón y había unido una de las chimeneas a la red floo, por lo que finalmente Melwyn se sentía cada vez más parte del mundo decente, del de los magos y brujas. Si ser parte del mundo mágico significaba andar con ceniza y carbón en la ropa, con esas ropas pesadas e incómodas, que así fuera.
Más allá de su apariencia, seguía siendo una niña que internamente estaba entusiasmada por ver a su amiga e ir juntas a comprar algo en lo de Florean Fortescue.

- Moira Wallace
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El día estaba extrañamente soleado, sí, y eso la ponía de buen humor. Había viajado sola por primera vez desde su casa en Birmingham hasta Londres, en el tren, dormitando contra una ventana. Se sentía tan libre! Vacaciones, calor del sol y lo más importante: en Londres SIN su familia. Ellos la habían acompañado todos los años a hacer las compras necesarias para comenzar las clases y miraban horrorizados todo, la hacían pasar tanta vergüenza!
Moira,a diferencia de su amiga, no tenía otra ropa que la muggle, apenas tenía un vestido 'mágicamente' aceptable para alguna fiesta en el colegio. ¿Adivinan culpa de quién? Sí, de sus padres, que teniendo el dinero para darle no querían que lo gastara en ropa de magos! Es más, era toda una odisea explicarles el cambio galeones/sickles/knuts a libras.
Así que toda vestida de muggle, cruzó corriendo la calle y, mirando hacia ambos costados como la peor película de espías, se metió al Caldero Chorreante. Frunció la nariz al entrar como cada vez que iba, el lugar le desagradaba sobremanera, sólo quería encontrar a Mel y largarse de allí hacia el callejón Diagon.
La buscó con la mirada porque vamos, su amiga pelirroja es fácil de identificar, pero no parecía estar dentro del bar. Moira resopló y abriéndose paso intentando no mirar directamente a los ojos a nadie, llegó al patio trasero. Achinó los ojos por la luz del sol y finalmente distinguió una figura familiar...
"¿Y si me secuestraban?" fue su saludo para asustarla antes de ir corriendo a darle un abrazo.
Moira,a diferencia de su amiga, no tenía otra ropa que la muggle, apenas tenía un vestido 'mágicamente' aceptable para alguna fiesta en el colegio. ¿Adivinan culpa de quién? Sí, de sus padres, que teniendo el dinero para darle no querían que lo gastara en ropa de magos! Es más, era toda una odisea explicarles el cambio galeones/sickles/knuts a libras.
Así que toda vestida de muggle, cruzó corriendo la calle y, mirando hacia ambos costados como la peor película de espías, se metió al Caldero Chorreante. Frunció la nariz al entrar como cada vez que iba, el lugar le desagradaba sobremanera, sólo quería encontrar a Mel y largarse de allí hacia el callejón Diagon.
La buscó con la mirada porque vamos, su amiga pelirroja es fácil de identificar, pero no parecía estar dentro del bar. Moira resopló y abriéndose paso intentando no mirar directamente a los ojos a nadie, llegó al patio trasero. Achinó los ojos por la luz del sol y finalmente distinguió una figura familiar...
"¿Y si me secuestraban?" fue su saludo para asustarla antes de ir corriendo a darle un abrazo.
- Melwyn Blackwood
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Cuando escuchó la voz de Moira dió un sobresalto en el lugar, girándose con cara de asustada porque justo estaba pensando en la cantidad de viejos desubicados que debían estar en esa taberna, emborrachándose a plena luz del día como unos desubicados sin lugar en la sociedad. Sonrió ampliamente con un suspiro de alivio mientras separaba los brazos y se acercaba a su amiga para abrazarla alegremente, tratando de no dar saltitos en el lugar.
"¡Moiraaa!" exclamó contenta, momentáneamente despreocupada del sol que estaba dándole directo por unos breves segundos. "¡Llegaste bien!" festejó.
"¡Moiraaa!" exclamó contenta, momentáneamente despreocupada del sol que estaba dándole directo por unos breves segundos. "¡Llegaste bien!" festejó.

- Moira Wallace
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La tomó de los hombros y mantuvo un poco la distancia porque vio que estaba cubierta de ceniza.
"Cuidado, Cinderella" dijo en broma al separarse de su amiga. "Sí, sobreviví a los viejos alcohólicos de ahí dentro" señaló con su dedo hacia atrás "y al viaje en tren sin mi familia... ha sido un placer" hacía tiempo que no se sentía tan relajada, era como haberse sacado una mochila y poder caminar liviana.
No podía borrar la sonrisa y la ansiedad que sentía, así que miró a Mel "¿Vamos? tú sabes cuáles tocar, ¿cierto?" confiaba totalmente en que ella supiera abrir la pared de ladrillos hacia el callejón. Moira nunca había podido memorizar cuáles eran los ladrillos correctos porque siempre tenía a su madre parloteando detrás o a su hermana quejándose de que tenía miedo.
"Cuidado, Cinderella" dijo en broma al separarse de su amiga. "Sí, sobreviví a los viejos alcohólicos de ahí dentro" señaló con su dedo hacia atrás "y al viaje en tren sin mi familia... ha sido un placer" hacía tiempo que no se sentía tan relajada, era como haberse sacado una mochila y poder caminar liviana.
No podía borrar la sonrisa y la ansiedad que sentía, así que miró a Mel "¿Vamos? tú sabes cuáles tocar, ¿cierto?" confiaba totalmente en que ella supiera abrir la pared de ladrillos hacia el callejón. Moira nunca había podido memorizar cuáles eran los ladrillos correctos porque siempre tenía a su madre parloteando detrás o a su hermana quejándose de que tenía miedo.
- Melwyn Blackwood
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Se hizo atrás cuando recordó la ceniza, lamentando que tuviera que estar cubierta en ella, pero al mismo tiempo agradeciendo que era un problema muy mágico el que tenía.
"Sí, siempre me acuerdo de la rima que me enseñó mi mamá" sacó la varita del bolsillo que tenía en una de las mangas y se acercó al cesto de basura. "De la basura a la pared / tres acostados / y dos de pie" dijo en un cantito mientras acercaba la varita a los ladrillos, para darle los golpecitos. En breve, la pared se abriría para darles paso al callejón Diagon.
"Sí, siempre me acuerdo de la rima que me enseñó mi mamá" sacó la varita del bolsillo que tenía en una de las mangas y se acercó al cesto de basura. "De la basura a la pared / tres acostados / y dos de pie" dijo en un cantito mientras acercaba la varita a los ladrillos, para darle los golpecitos. En breve, la pared se abriría para darles paso al callejón Diagon.

- Moira Wallace
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Observó con atención, intentando memorizar los ladrillos que Mel golpeaba, pese a que la canción le parecía bastante boba. Una sonrisa se fue formando en su rostro al ver que la pared comenzaba a temblar y los ladrillos a abrirles paso... del otro lado, el callejón Diagon brillaba con los rayos del sol.
"Vamos!" exclamó entusiasmada tomando del brazo a su amiga para que avanzaran juntas.
Inspiró profundo y observó todo a su alrededor con alegría, si Mel la conocía tanto como creía podía dar fe que esa expresión no era común en Moira. "Quiero recorrer todo... ¿a dónde vamos primero?" por un instante se olvidó de que traía ropa muggle y que posiblemente todos los magos presumidos la mirarían como un bicho raro infiltrado. Claro que la que se sentía así en su cabeza era ella... el resto probablemente ni la notara.
"Vamos!" exclamó entusiasmada tomando del brazo a su amiga para que avanzaran juntas.
Inspiró profundo y observó todo a su alrededor con alegría, si Mel la conocía tanto como creía podía dar fe que esa expresión no era común en Moira. "Quiero recorrer todo... ¿a dónde vamos primero?" por un instante se olvidó de que traía ropa muggle y que posiblemente todos los magos presumidos la mirarían como un bicho raro infiltrado. Claro que la que se sentía así en su cabeza era ella... el resto probablemente ni la notara.
- Melwyn Blackwood
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Guardó la varita y caminó animadamente, disfrutando con sinceridad la alegría inusual de su amiga cuando se abrieron paso por el callejón. A ella también le daba mucha emoción estar ahí, aunque siempre había pensado que no tenía sentido la cantidad de polvillo y suciedad en algunos de los negocios, pero supuso que era algo que solamente la gente con familia decente entendía y apreciaba, así que se guardaba los comentarios.
"Um..." dijo, mientras trataba de recordar el mapa que le había enseñado su mamá. Le había repetido unas mil veces que no se alejaran hacia donde estaba Knockturn Alley, así que le costaba recordar qué áreas estaban permitidas y tenían cosas interesantes. "¡No sé!" exclamó alegremente. "¿Qué quieres ver, animales, libros, ropa...?" preguntó mientras sus ojos miraban de un negocio a otro con entusiasmo. Era la primera vez que le permitían entrar sin supervisión adulta.
"Um..." dijo, mientras trataba de recordar el mapa que le había enseñado su mamá. Le había repetido unas mil veces que no se alejaran hacia donde estaba Knockturn Alley, así que le costaba recordar qué áreas estaban permitidas y tenían cosas interesantes. "¡No sé!" exclamó alegremente. "¿Qué quieres ver, animales, libros, ropa...?" preguntó mientras sus ojos miraban de un negocio a otro con entusiasmo. Era la primera vez que le permitían entrar sin supervisión adulta.

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"Animales definitivamente NO" dijo enseguida para que su amiga se diera por enterada. No es que no le gustara ninguno, quizás se llevara bien con los gatos porque los perros tenían demasiado entusiasmo, pero bastante tenía con las criaturas extrañas que veían durante el año escolar como para estar en un día tan lindo encerradas entre olores horrendos y pelos.
"Ropa es mejor" sonrió y miró a Mel para ver si estaba tan entusiasmada como ella. Sí, es super democrática Moira, no entiendo como todavía no la mandó a freir churros. Tomó del brazo a su amiga dándole un tironcito hacia la derecha para ir al local de vestidos.
Usualmente mirar algo que no podía comprar la ponía de mal humor pero esta vez era diferente. No había nadie que le dijera en qué gastar el dinero, ni nadie apurándola, podía probarse todos y no llevar ninguno que nadie le haría escándalo. Quizás Mel muriera de vergüenza, pero no lo sabía.
A mitad de camino se detuvo un instante, porque ella tenía un problema que su amiga no. "Ah... ¿no deberíamos ir primero a Gringotts?" miró a Mel con algo de decepción al recordar que en su bolsillo había libras y no dinero mágico.
"Ropa es mejor" sonrió y miró a Mel para ver si estaba tan entusiasmada como ella. Sí, es super democrática Moira, no entiendo como todavía no la mandó a freir churros. Tomó del brazo a su amiga dándole un tironcito hacia la derecha para ir al local de vestidos.
Usualmente mirar algo que no podía comprar la ponía de mal humor pero esta vez era diferente. No había nadie que le dijera en qué gastar el dinero, ni nadie apurándola, podía probarse todos y no llevar ninguno que nadie le haría escándalo. Quizás Mel muriera de vergüenza, pero no lo sabía.
A mitad de camino se detuvo un instante, porque ella tenía un problema que su amiga no. "Ah... ¿no deberíamos ir primero a Gringotts?" miró a Mel con algo de decepción al recordar que en su bolsillo había libras y no dinero mágico.

- Melwyn Blackwood
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Melwyn iba a aceptar cualquier decisión que Moira tomara, y en el caso inusual de que realmente le desagradara la idea quizás haría algún gestito, o eventualmente soltaría un comentario sutil, pero generalmente le seguía la corriente sin quejas. Tampoco es que le pareciera útil quejarse, después de todo se llevaba bien con Moira y confiaba en sus decisiones.
"¡Ah!" exclamó cuando su amiga mencionó el banco. Sintió que un rubor le teñía las mejillas, avergonzada. Cierto, había que cambiar el dinero muggle al mágico, cosa que siempre le había dado mucho pudor. "Claro, por supuesto" asintió con la cabeza, extendiendo un brazo hacia la calle principal, para señalar el camino.
"¡Ah!" exclamó cuando su amiga mencionó el banco. Sintió que un rubor le teñía las mejillas, avergonzada. Cierto, había que cambiar el dinero muggle al mágico, cosa que siempre le había dado mucho pudor. "Claro, por supuesto" asintió con la cabeza, extendiendo un brazo hacia la calle principal, para señalar el camino.

- Moira Wallace
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A Melwyn su parte muggle le daba vergüenza, en cambio a Moira la fastidiaba sentirse diferente en ambos lados de la medianera que vendría a ser la pared de ladrillos del Caldero Chorreante :P
Cuando se pararan frente al duende que las atendiera para hacer el cambio de monedas, lo haría con una actitud más desafiante, onda 'sí, tengo dinero muggle y qué??' Pero iba a contenerse de hacer algún escándalo porque no quería que las echaran del banco ni hacerle pasar más vergüenza a Mel.
La siguió curioseando por la calle para ver qué otro local le llamaba la atención "Vamos a comer helado, ¿no?" O sea, era verano y el día lo pedía a gritos para que terminaran de sentirse libres y de vacaciones.
Cuando se pararan frente al duende que las atendiera para hacer el cambio de monedas, lo haría con una actitud más desafiante, onda 'sí, tengo dinero muggle y qué??' Pero iba a contenerse de hacer algún escándalo porque no quería que las echaran del banco ni hacerle pasar más vergüenza a Mel.
La siguió curioseando por la calle para ver qué otro local le llamaba la atención "Vamos a comer helado, ¿no?" O sea, era verano y el día lo pedía a gritos para que terminaran de sentirse libres y de vacaciones.

- Melwyn Blackwood
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Pero Moira era bonita y carismática, no importaba dónde fuera, ella siempre se hacía valer. O al menos así pensaba Melwyn, porque realmente admiraba a su mejor amiga.
"Comer helado, y quizás también podríamos ver ropa, o algunos libros..." sugirió con aire soñador todas las cosas que ella quería hacer, pero que estaba dispuesta a cambiar por algo que su amiga prefiriera. Después de todo, lo importante era que pudieran pasar tiempo juntas... y siempre podía regresar otro día, si realmente se quedaba con las ganas de hacer algo en particular. Miró hacia un costado, tratando de encontrar su reflejo en algún escaparate, porque necesitaba saber si tenía mucha ceniza encima.
"Comer helado, y quizás también podríamos ver ropa, o algunos libros..." sugirió con aire soñador todas las cosas que ella quería hacer, pero que estaba dispuesta a cambiar por algo que su amiga prefiriera. Después de todo, lo importante era que pudieran pasar tiempo juntas... y siempre podía regresar otro día, si realmente se quedaba con las ganas de hacer algo en particular. Miró hacia un costado, tratando de encontrar su reflejo en algún escaparate, porque necesitaba saber si tenía mucha ceniza encima.

- Moira Wallace
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¿Carismática?! Pobre Mel, estaba ciega, por eso eran amigas. Solamente a una chica dulce como ella le podía parecer que Moira podía ser carismática. No tenía nada de empatía y dudaba que pudiera despertar algo parecido en los demás.
"Si si, ropa primero!" confirmó, no podían entrar a mirar cosas con un helado chorreando así que comer estaba al final del recorrido, aunque el viaje en tren le había dado hambre.
Apenas cruzaron hacia la esquina donde se levantaba el banco, Moira adoptó un aire serio, como si fuera una adulta en miniatura. Empujó la primer puerta de bronce y la sostuvo para que su amiga pasara también. Le gustaba demostrar seguridad cuando trataba con seres mágicos, como si les hablara de igual a igual. Claro que estaba entrando a Gringotts con ropa muggle, pero bueno... es lo de menos (?)
Atravesaron el vestíbulo y finalmente Moira abrió una de las puertas hacia el interior donde estaban los duendes trabajando.
"Si si, ropa primero!" confirmó, no podían entrar a mirar cosas con un helado chorreando así que comer estaba al final del recorrido, aunque el viaje en tren le había dado hambre.
Apenas cruzaron hacia la esquina donde se levantaba el banco, Moira adoptó un aire serio, como si fuera una adulta en miniatura. Empujó la primer puerta de bronce y la sostuvo para que su amiga pasara también. Le gustaba demostrar seguridad cuando trataba con seres mágicos, como si les hablara de igual a igual. Claro que estaba entrando a Gringotts con ropa muggle, pero bueno... es lo de menos (?)
Atravesaron el vestíbulo y finalmente Moira abrió una de las puertas hacia el interior donde estaban los duendes trabajando.

- Melwyn Blackwood
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Se sacudió con disimulo el vestido, momentáneamente frustrada con no poder deshacerse de toda la ceniza de una sola vez y tener que andar tan desprolija al lado de Moira.
"Gracias" dijo en voz bajita cuando su amiga le sostuvo la puerta, extendiendo el brazo para ayudar. Gringotts siempre le resultaba imponente y no podía evitar alzar la vista al techo para tratar de comprender su majestuosidad. ¡Qué suerte tenían de poder acceder a ambos mundos! Los muggles también habían construido maravillas, pero con sudor de esclavos, y esperaba que no les enseñaran algo similar sobre el mundo mágico en Hogwarts.
Siguió a Moira con la cabeza algo gacha, con las manos descansando una arriba de la otra sobre su estómago. Miró a todo y todos con cara de inocente, por las dudas. -Que no piensen que vamos a robar algo- se le ocurrió, sin razón alguna.
"Gracias" dijo en voz bajita cuando su amiga le sostuvo la puerta, extendiendo el brazo para ayudar. Gringotts siempre le resultaba imponente y no podía evitar alzar la vista al techo para tratar de comprender su majestuosidad. ¡Qué suerte tenían de poder acceder a ambos mundos! Los muggles también habían construido maravillas, pero con sudor de esclavos, y esperaba que no les enseñaran algo similar sobre el mundo mágico en Hogwarts.
Siguió a Moira con la cabeza algo gacha, con las manos descansando una arriba de la otra sobre su estómago. Miró a todo y todos con cara de inocente, por las dudas. -Que no piensen que vamos a robar algo- se le ocurrió, sin razón alguna.

- Moira Wallace
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Encima el vestido era re lindo! Cenicienta a full.
A Moira también le gustaba mucho la construcción de Gringotts pero como todo lo relativo al mundo mágico que la fascinaba, se hacía la desentendida, la que no se quedaría cinco minutos como tonta mirando al techo... ella tenía que simular que todo era súper natural, que iba todos los días al banco a hacer 'negocios' con los duendes.
Se acercó a uno de los duendes a paso más apurado, quería salir rápido, así que lo miró insistentemente desde abajo para que le prestara atención. Pidió el cambio con toda la corrección del universo y como si estuviera ofreciendo diamantes a cambio del dinero mágico y no unos papelitos muggles que delataban de dónde provenía. Agradeció asintiendo con la cabeza y enseguida tomó nuevamente del brazo a Mel para largarse de ahí.
"Lo logramos" dijo sonriente una vez que volvieron a atravesar la puerta. Suspiró como si se hubiera sacado un peso de encima y ahora sí pudiera comenzar a disfrutar del sol, de su amiga y del Callejón.
"Bien... cuéntame, ¿qué hiciste todo este mes?" seguramente la vida de Mel había sido más interesante que la de ella en su casa, donde tenía prohibido hacer magia.
A Moira también le gustaba mucho la construcción de Gringotts pero como todo lo relativo al mundo mágico que la fascinaba, se hacía la desentendida, la que no se quedaría cinco minutos como tonta mirando al techo... ella tenía que simular que todo era súper natural, que iba todos los días al banco a hacer 'negocios' con los duendes.
Se acercó a uno de los duendes a paso más apurado, quería salir rápido, así que lo miró insistentemente desde abajo para que le prestara atención. Pidió el cambio con toda la corrección del universo y como si estuviera ofreciendo diamantes a cambio del dinero mágico y no unos papelitos muggles que delataban de dónde provenía. Agradeció asintiendo con la cabeza y enseguida tomó nuevamente del brazo a Mel para largarse de ahí.
"Lo logramos" dijo sonriente una vez que volvieron a atravesar la puerta. Suspiró como si se hubiera sacado un peso de encima y ahora sí pudiera comenzar a disfrutar del sol, de su amiga y del Callejón.
"Bien... cuéntame, ¿qué hiciste todo este mes?" seguramente la vida de Mel había sido más interesante que la de ella en su casa, donde tenía prohibido hacer magia.

- Melwyn Blackwood
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Melwyn siempre se iba a sentir como una ciruja al lado de su amiga. Es que no podía darse el lujo de compararse con ella y terminar pensando que estaban en la misma categoría, porque creerse algo así podía ser peligroso. Le daba miedo que Moira pudiera verla como una igual, una amenaza, o simple competencia. Ser menos no siempre era malo.
Suspiró con alivio cuando Moira terminó con la transacción, sin poder ocultar la admiración que sentía por ella y su valentía. Su amiga nunca actuaba como si sintiera verguenza, y era genial estar en su cercanía.
"No mucho, estuve leyendo libros de encantamientos para prepararme para este año, e intenté aprender a discernir pociones básicas basándome en el aroma" admitió con pena. ¡Es que sonaba tan aburrida y tonta! Seguramente Moira le contaría algo sumamente interesante.
Suspiró con alivio cuando Moira terminó con la transacción, sin poder ocultar la admiración que sentía por ella y su valentía. Su amiga nunca actuaba como si sintiera verguenza, y era genial estar en su cercanía.
"No mucho, estuve leyendo libros de encantamientos para prepararme para este año, e intenté aprender a discernir pociones básicas basándome en el aroma" admitió con pena. ¡Es que sonaba tan aburrida y tonta! Seguramente Moira le contaría algo sumamente interesante.
