Reparación

[Lawrence Olivier]

Había ido a comprar unos ingredientes para su pequeña alacena de pociones. Se había quedado sin ungüento para las quemaduras y sin su adorada poción anestesiante, por lo que salió de la tienda cargando un par de bolsas de papel bastante incómodas. Se paró bajo el alero junto a la puerta para que no se moje la mercancía y se descolgó la mochila del hombro para colocar todo dentro.
De reojo vio una melena conocida, pero no le prestó atención hasta que no terminó de guardar todo a salvo del agua, por lo que ella ya se estaba alejando cuando la llamó. "¿Dee...?"

[Lawrence Olivier]

Pero Lawrence no arreglaba varitas, él cuidaba muy bien la suya. Ah, ¿señal divina de 'perdamos tiempo con el ex-compañero'?, está bien, él se presta para eso sin problemas.
Le sonrió mientras se colocaba la mochila para extender ambos brazos a los costados. "¡Heey, Melena! ¡Tanto tiempo!", esperaba un abrazo emotivo y de película, por supuesto, pero no se movería de abajo del alero a no ser que fuera absolutamente necesario.

[Lawrence Olivier]

¿'Oh Rubio you are so fine... you are so fine. You blow my mind. Hey Rubio!'? Lawrence tenía entendido que no estabas enamorada de él, ¡pero no hay problema!
La recibió agachándese un poco, para levantarla luego en el abrazo. Por suerte el paraguas tampoco se le clavó a él.
Cuando la bajó, colocó una mano sobre su hombro, para darle unos apretoncitos mientras hablaba. "¿Qué haces por aquí? ¡Tanto tiempo!", y sí, no dejaba de repetirlo, había pasado bastante tiempo. Aunque por sus trabajos deberían haberse cruzado un poco más.

[Lawrence Olivier]

Se dejó arrastrar, todo risas él también y medio agachado para no golpearse con el paraguas. "Sigues igual, Dee Dee, pero ¿por qué una muerte segura? ¿qué hiciste?". Y si era por invitar, sería un café doble con un buen sandwich, ya que hacía horas que no comía nada.

[Lawrence Olivier]

"Ah, ¿sí?", respondió haciéndose el ofendido. Atravesó la pared y vio que había abierto la puerta ella misma, sin esperar que él hiciera uso de sus dotes de caballero -igual que siempre-.
No pudo evitar una risa burlona cuando mencionó a Ollivanders, "¿Es algo relacionado a tu trabajo?". No, no le entraba en la cabeza que alguien rompiera o perdiese su varita.

[Lawrence Olivier]

Meneó la cabeza al ver la varita. Sólo atinó a decir "Uf...", al imaginarse la rabieta que le daría a Ollivanders al verla. Se dirigió a la mesa que ella señaló. "Entonces, estás de licencia, ¿no?", porque a su entender, sin varita debería hacerse complicado romper maldiciones.

[Lawrence Olivier]

Mirándola mientras ella hablaba, él se sacó la mochila, dejándola en el suelo, y colgó el tapado largo en el respaldo de la silla.
"Seguro que te extrañé, Melena", le dijo sonriendo de lado mientras se sentaba, "deberías habernos visitado, a mi y a Derek, o al menos podríamos haber tomado una cerveza de manteca en algún momento". Y que no sonara a reclamo, porque no lo era, era simple melancolía de Hogwarts.

[Lawrence Olivier]

"En eso tienes toda la razón", la señaló con el dedo índice mientras le guiñaba un ojo. "Yo no tuve tanta suerte, hay tanto para hacer en Londres, que a veces ni siquiera puedo tomarme unos días para ir al viñedo". Se apoyó hacia atrás en la silla, colgando un codo del respaldo para mirar en la dirección por la que vendría el mozo.

[Lawrence Olivier]

Se sintió un desconsiderado total. Se había olvidado de lo de los padres de Dee Dee, y encima había sacado a colación el viñedo de los suyos, que se encontraban perfectamente.
"Si, me enteré en el Ministerio. Lo siento, Dee Dee", le dijo apenado mientras recibía su carta sin mirar al mozo sino a ella. "Lo olvidé...". La expresión de ella le parecía demasiado ajena al dolor, pero él no iba a juzgar eso, cada quien lidiaba con esas cosas como podía. Se quedó mirándola, carta en mano, sin saber qué decir a continuación.

[Lawrence Olivier]

"Están bien, aunque escriben poco", ellos iban al mismo curso que Mona, y a la misma casa si ella estaba en Gryffindor como Dee Dee, así que probablemente Mona podría estar teniendo problemas con Julie o con su compañera Joy por los turnos del baño en estos momentos.
"¿Mona te escribe seguido?", le dijo a ella, luego agregó, como comentario aparte, "yo invito, pide lo que quieras".

[Lawrence Olivier]

Le sonrió, sí, era caballero, pero al menos no era un caballero tan antiguo como para ordenar por la dama de la mesa. "Un café doble y una porción de tarta de fresas, para mi", le dijo al mozo y la miró a ella para que haga su pedido.
"Si lo sabré...", le dijo a Dee Dee, mirándola de forma acusadora por encima de la carta que le estaba devolviendo al mozo.

[Lawrence Olivier]

Claro, y Lawrence no creía haber causado tanto impacto en la vida de ella como para que nombre a su mascota así por él. Pero a veces hay que dejarse adular. "¿Lorenzo es una versión mía en algún país en el que me extrañaste mucho?", preguntó, colgando un brazo del respaldo de la silla nuevamente.

[Lawrence Olivier]

Asintió, complacido, "¡Es mi gemelo perdido! ¿Y buen mozo, espero?". Se armó los desprolijos rulos cual modelo afeminado. Quien lo viese de afuera pensaría que es todo un picaflor.

[Lawrence Olivier]

Asintió, sonriendo. "Es un hurón ¿neozelandés? muy inteligente, por lo que veo. ¿Con qué historia se mete en tu cama, si se puede saber?". Recaudemos información para los pobres solteros que dormían con frío en las noches. Incluídos él y Derek, por supuesto.

[Lawrence Olivier]

Bajó la cabeza, riendo, con expresión de derrota. "Tenía que tratar...", ya saben: Cuestiones varoniles que habilitan a un hombre a hacer o decir estupideces en honor a su género.
"¿Hace cuánto que estás en Londres? ¿No deberían estar acostumbrados al clima ya?". Se sentó bien en la silla para dejarle lugar al mozo que venía con el pedido.