Te he traído un regalito

[Frankie Gibbs]

¿Qué efectos tendría una poción paralizante en la cara de una persona? ¿Podría hablar? ¿Sería como estar petrificado? ¿Tendría Prudence algún antídoto por ahí? Muchas preguntas en un período muy breve de tiempo se le pasaron por la cabeza a Frankie.

Su primera reacción fue soltar los dos frascos (el del escarabajo y el spray) y dejarlos sobre la mesa para acudir a ella. "Lo siento mucho, Prudence, ¿estás bien?" preguntó, como idiota. Necesitaba saber si por lo menos podía hablar.

[Prudence Ritchie]

En los veinte años de exposición a la magia que tenía, solo había sido paralizada durante la desastrosa práctica de encantamientos del tercer año. Pero no se comparaba en nada a lo que sentía en ese momento, a lo que no sentía, le recordaba más a la anestesia del odontólogo muggle al que iba de joven.

Bajó un poco sus manos, dejando de cubrir sus ojos pero aún escondiendo el resto de su cara, le daba algo de miedo hablar (¿Y qué tal si babeaba?) así que movió la cabeza de un lado a otro. No estaba bien.

[Frankie Gibbs]

Se llevó las manos a la boca, conmocionada por lo que acababa de pasar. En momentos de crisis solía saber qué hacer, aunque casi siempre las crisis le pasaban a ella y no a los que la rodeaban.

"Oh, Merlín, lo siento muchísimo. ¿Tienes algún antídoto por aquí?" Preguntó mirando a su alrededor. No tenía ni la más remota idea de dónde empezar a buscar, era como un rompecabezas de gavetas y estantes.

A todas estas, descuidando el frasco, puede que el escarabajo esté intentando salir.

[Prudence Ritchie]

Ojala el estúpido escarabajo se escapara y decidiera atacar primero a Frankie, por ejemplo, podía picarle el... No, no, tenía que calmarse, era difícil porque no sentía su cara, pero habían cosas peores y esa podía solucionarse con un hechizo o una poción.

Asintió, había un antídoto, pero no podía separar sus labios para emitir algún sonido entendible, apartó una mano de su cara y señaló la parte de abajo del mueble del lado opuesto al suyo, hizo un movimiento con el que pretendía indicarle que el pote estaba en la parte de más abajo. Prudence estaba segura que si estuvieran jugando charadas ya habrían perdido.

[Frankie Gibbs]

Fue hacia donde Prudence señalaba pero era difícil saber con solo mirar. Corrió de vuelta porque había dejado la varita en la mesa y necesitaba ser rápida. Una vez frente al mueble Frankie apuntó y cerró los ojos, preparada para atraer al antídoto, luego abrió los ojos de golpe. Si había más de un antídoto y ella no especificaba cuál saldrían todos volando y haría aún más desastre.

Miró a Prudence. "¿Hay más de un antídoto aquí?" Le preguntó. Al menos era lo suficientemente inteligente como para hacer preguntas de sí o no.

[Prudence Ritchie]

Tenía que recordar que solo tenía paralizada la cara no el resto del cuerpo y podía buscar el estúpido frasco con el estúpido antídoto. No había aceptado el trabajo para que le ocurrieran ese tipo de cosas. Por si acaso, se pasó el dorso de la mano por la boca y decidió que participaría activamente en la búsqueda.

Asintió para responderle había varios antídotos, se agachó y comenzó a buscar en la parte más baja del mueble, la mayoría de los frascos tenían etiquetas con abreviaciones de los nombres, que ella creía eran fáciles de entender.

[Frankie Gibbs]

Se sintió bastante inútil al verla buscar el antídoto ella misma y su primera reacción fue apartarse y ver a Prudence como un florero. Si ella sabía dónde estaba exactamente, Frankie solo iba a estorbar. Giró la cabeza, recordando de repente que ella estaba custodiando al escarabajo y se le cayó el alma al suelo cuando vio el frasco volteado y sin rastros del insecto.

Menos mal que Prudence no era su jefa porque ya estaría despedida. "Ehm, ¿Prudence? Cuando acabes ahí hay otro problema" dijo, caminando con cautela y viendo a su alrededor. Era una escarabajo grande, no podía ser tan difícil de encontrar.

[Prudence Ritchie]

La verdad era que estaba intentado buscar sin desordenar mucho, porque luego iba a tener que ordenar ella misma, pero la desesperaba un poco no sentir la cara, creer que estaba babeando y la posibilidad de que el efecto se hiciera permanente sino usaba el antídoto pronto, y había terminado colocando todo lo que no se rompiera en el suelo.

Tomo un frasquito sin etiquetar (que no era el que buscaba) y alzó la mirada para buscar a Frankie, aún necesitaba su ayuda, alguien tenía que echarle la poción en la cara, pero... ¿Cómo que otro problema? Se movió un poco intentando ver a que se refería ¡¿Cómo que otro problema?!

[Frankie Gibbs]

Cuando volteara encontraría a Frankie agachada con las rodillas y manos en el suelo, apoyando la cabeza de medio lado intentando buscar al escarabajo caminando. De momento podía dar fe de que no había la capa de polvo que se podría esperar. Se incorporó manteniendo las rodillas apoyadas y se sacudió las manos. Ahí miró a Prudence para comprobar si ya había encontrado el antídoto.

"¿Necesitas ayuda ahí?" consultó. De todas las cosas que estaban pasando ahora, que Prudence recuperara el movimiento debía ser prioridad, aunque anticipara el peor regaño de su vida después.

[Prudence Ritchie]

Prudence no sabía como manejar tantas emociones juntas, se sentía desesperada, intranquila y ahora que descubría que había otro problema (y no sabía cuál era) comenzaba a enojarse. Su enojo no iba dirigido a Frankie, no aún, a pesar de que no entendía que estaba haciendo y tampoco podía preguntarle.

Apoyó ambas rodillas en el suelo y asintió despacio para responderle, sin embargo, no podía explicarle con qué necesitaba ayuda, necesitaba... Necesitaba... Su libreta para escribirle. Alzó la mirada hacia la parte de arriba del mueble, pensando que solo tendría que estirarse para alcanzar lo que buscaba y lo vio. El estúpido escarabajo caminando a sus anchas por el borde, moviendo lentamente sus delgadas y articuladas patas como si no hubiese estado cientos de años encantado.

[Frankie Gibbs]

Siguió la mirada de Prudence para encontrar lo mismo: al escarabajo. Sacó la varita y empezó a gatear lentamente. Necesitaba un buen ángulo si quería aturdirlo y meterlo de nuevo en el frasco. Cuando estuvo a un paso de la mesa, levantó la varita y lanzó el hechizo paralizante, que cayó muy cerca del insecto pero, éste sabiendo lo que venía, había empezado a moverse más rápido, hasta que se metió en uno de los estantes sin puerta de la mesa. Frankie creó una película transparente y pegajosa que lo tapara para que no saliera, pero si había algún otro espacio por el que podía salir, sería inútil.

Miró a Prudence, olvidando que ella no podía decirle si lo que había hecho estaba bien o no.

[Prudence Ritchie]

Pasó saliva y se alejó del mueble por seguridad, mientras se tanteaba la ropa para buscar su varita -¿Dónde está?- La había dejado sobre la mesa... Dio un respingo cuando vio el hechizo chocar contra la mesa y luego le dieron ganas de gritar al ver el insecto correr. Se alejó un poco más y cerró los ojos buscando tranquilizarse, esperaba que la película lo contuviera porque no había otra salida de ese espacio.

Y entonces lo vio, el frasquito con el antídoto estaba en el mismo lugar que el escarabajo. Lo señaló, emitiendo un sonido que sonaba como una queja ¿Cómo iban a sacarlo sin que el bicho las mordiera?

[Frankie Gibbs]

Eso era lo que llamarían un gran inconveniente. Frankie frunció el ceño, sin entender bien la expresión de Prudence. Señaló el punto. "Si, lo he encerrado, ¿no se puede salir de ahí verdad?" quiso saber porque era su principal temor. Pudo ver cómo el escarabajo se acercaba a la película pero su instinto le decía que no debía tocarla porque, además de atraparlo dentro, era pegajosa. La había hecho así a propósito para después aturdirla cuando se pegara.
Este es el momento de jugar a la charadas. Apuesto a ninguna de las dos.

[Prudence Ritchie]

Sí, lo había encerrado, podía verlo y se lo agradecía aunque no pudiera expresarlo. Para intentar responderle, negó con fuerza, ese era literal, un callejón sin salida. Como su incapacidad para comunicarse.
Tomó un frasquito cualquiera que estaba en el suelo, sacudiéndolo mucho para llamar la atención de su compañera y señaló en dirección al insecto -El antídoto está ahí- pensó, sin apartar su mirada de Frankie, no creía que pudiera leerle la mente pero tan siquiera... ¿Podía entender el mensaje?

[Frankie Gibbs]

Sintió alivio instantáneo con su respuesta, que esa sí la había entendido. Era cuestión de probar si el hechizo paralizante funcionaba a través de la película. No lo había intentado nunca y este parecía el momento idóneo para probarlo.
Detectó movimiento de Prudence por el rabillo del ojo y volteó la cara para ver el primer acto de mímica.
"¿Podemos usar eso contra el escarabajo?" Si un hechizo no atravesaba la película, dudaba que una poción lo lograra sin dañar la barrera pero Frankie le haría caso.