Galeones por libras

[Diane Roseveare]

Nuevamente se mordió el labio inferior, aunque esta ocasión fue con más fuerza de la sensata. "Lorenz" respondió al tiempo que volvía la cara para verlo. -¿Qué?-. La realidad era que Diane lo sabía. Sabía que él la extrañaba, igual que ella lo extrañaba a él, y hasta era probable que supiera que realmente lo sentía. El problema era que eso no cambiaba nada. En su mundo cuadrado, la confianza era algo que se ganaba incondicionalmente, pero se perdía de la misma forma. Una vez perdida, no había vuelta atrás. No era capaz de pensar de otra manera, de sentir diferente (y lo había intentado, de verdad).

[Lorenz Van Buren]

La miró a los ojos, sintiéndose honestamente devastado ante ese ejercicio de fantasía que le hacía evidente que ya no quedaba nada en la realidad de Diane como para que él pudiera aferrarse a alguna esperanza. "¿Cómo hiciste para dejar de amarme?" soltó, una pregunta que sinceramente había flotado en su cabeza durante meses enteros, pero en la que nunca había querido pensar seriamente. Y ahí estaba, la había dicho, la había convertido en algo real y doloroso. Pero aún así, quería saber, porque podría ayudarlo a dejar de sentir algo.

[Diane Roseveare]

Sintió un fuerte deseo de pegarle una bofetada después de esa pregunta. Cerró su mano en puño y optó por descargar su frustración contra la palma de su mano. Después miró a su alrededor. "No hagamos esto aquí" pidió en voz baja. No quería tener esta conversación en ningún lado, pero si tenía que elegir, preferiría que fuera en un lugar privado, no en el lobby de uno de los lugares más visitados de Diagon Alley.

[Lorenz Van Buren]

Inhaló y mantuvo el aire unos segundos. Necesitaba calmarse, necesitaba pensar antes de hablar y más que nada necesitaba dejar de usar sus sentimientos como excusa para no ser alguien coherente y comprensivo.
"¿Prefieres no hacer esto, y ya?" preguntó, porque era un ofrecimiento. Si ella no quería hablar, quizás era mejor no hablarlo, sin importar dónde estuvieran. Quizás Lorenz debería dejar de hablarle hasta que no tuviera más sentimientos hacia ella, si es que era posible que algo así ocurriera. Pero lo que era obvio era que tenía que minimizar los daños, y al menos no darle más razones para que lo odiara.

[Diane Roseveare]

Si Diane lo odiara, las cosas serían mucho, mucho más fáciles; básicamente le habría contestado 'hola' por educación y habría continuado caminando. Te lo comento aunque sé que no le puedes explicar a Lorenz la diferencia, pero bueno, a alguien tenía que contárselo.
Lo observó, considerando la oferta. Al cabo de algunos segundos negó con la cabeza. "Creo que lo peor que podría hacer es no hablar cuando tengo algo que decir" opinó. Y ella tenía algo que responder a su pregunta anterior, simplemente no quería hacerlo en un lugar tan público, de por sí ya se sentía bastante vulnerable en esa situación. Se encogió de hombros, com agregando '¿ya qué?'. "¿Caldero Chorreante?" propuso.
Y me quedé pensando... que dudo que esa sea la primera vez que pronuncia esa frase, aunque las circunstancias sean completamente distintas, if you know what I mean.

[Lorenz Van Buren]

De haber sido este un encuentro más agradable, seguramente Lorenz hubiera unido esas frases en su mente para tener un grato recuerdo de épocas más felices. Pero no, lo único que sentía era que cada palabra que salía de su boca empeoraba las cosas.
"Claro" aceptó, como si realmente tuviera las fuerzas (o el sentido común) como para alejarse de ella. Tenía la certeza de que no podría amar a nadie más, así que era una locura aceptar que se había terminado, que de ahora en más nunca iba a sentir lo mismo.

[Diane Roseveare]

Asintió con la cabeza una vez y reanudó el paso para salir del banco, en un primer instante sin planear esperarlo (a fin de cuentas ya sabía a dónde iban, ¿no?), un segundo después reconsiderando y mirando por el rabillo del ojo como para checar que iban a caminar juntos. Su masoquista interior decidió darle una probadita de dolor cuando le recordó que, aunque caminaran lado a lado, no iba a tomarle la mano.
Se mordió el interior de la mejilla derecha. Necesitaba salir de ahí ya, el par de metros hasta la entrada parecían kilómetros.

[Lorenz Van Buren]

La verdad es que le daba una mezcla de asco y bronca que no pudiera evitar sentir tantas cosas. Por lo que veía, Diane parecía, dentro de todo, en control de la situación mientras él requería de toda su energía para no desmoronarse ahí mismo. ¿Cómo era justo que ella pudiera continuar con su vida y él no hubiera logrado sentir algo distinto desde que se enamoró de ella? Se sentía estúpido e inútil.
No hablarle teniendo tantas cosas que decirle era una tortura también. Sentir su perfume, y verla a su lado, todo era demasiado. La verdad es que enamorarse era una cosa horrenda, una enfermedad incurable que no traía más que dolor.

[Diane Roseveare]

Si bien yo no diría que Diane había podido continuar con su vida como si nada, y definitivamente no comenzaría un debate sobre lo que es justo o no, sí creo que la persona que termina una relación tiene una ventaja encima del otro, y es que las cosas llegaron al final en sus términos. Eso debe brindar cierto closure del que la otra parte no goza.

Las puertas dobles plateadas flanqueadas por duendes se abrieron para darles paso; después se abrirían las puertas de bronce pulido que los sacarían a Diagon Alley. Diane se recordó que sería muy mala idea correr o mostrarse ansiosa porque… bueno, en general sería muy mala idea salir corriendo del banco, y los duendes de Gringotts la freakeaban un poco. Posiblemente se aprovechó de eso para responder a algo que él había dicho varios minutos atrás, que quizá pareció que no había escuchado o que había pasado por alto, pero por supuesto que no. "Yo también te extraño" admitió en voz baja, justo antes de sonreírle al duende con el uniforme rojo y dorado y salir a la luz del sol.

((Sorry, ya quería que salieran del banco, jaja))

[Lorenz Van Buren]

El corazón seguía latiéndole en el nacimiento de la garganta, y por más que tratara de recordarle a su mente que los nervios no servirían de nada, seguían ahí. Lorenz sabía que él había cometido un error al ocultarle tanto a Diane, pero al mismo tiempo creía haber tenido buenas razones para hacerlo. ¿De qué le servían las excusas sin tenerla a ella?
La escuchó claramente, y esperó. Esperó porque si no seguía un 'pero', era pura tortura. Que ella también lo extrañara quizás no era más que un reflejo del que todavía no había logrado deshacerse.

[Diane Roseveare]

Vale, estoy segura de que, en su realidad, Diane ya escuchó esas 'buenas razones', pero quisiera dejar por escrito que en esta realidad, en la que yo leo y transmito a mi personaje las cosas, Lorenz no nos ha pasado nada. Así que no podemos aceptar el argumento como válido. De cualquier forma, supongo que para ella lo único que cuenta es que le mintió, con razones o sin ellas.
Y oh, Lorenz, ¿por qué no le comentas tu teoría de que te extraña por reflejo? Por favor, te lo suplico.
No tenía planeado agregar nada después de lo que dijo. Era la verdad, y cualquier pero que pudiera añadir, él ya debía conocerlo. Pero lo extrañaba, y cómo lo extrañaba. Si no tuviera toda una vida de práctica reprimiendo las órdenes de su corazón para escuchar a su cerebro, este momento sería imposible. Usó su mano derecha para acomodarse (innecesariamente) un mechón de cabello tras la oreja.

[Lorenz Van Buren]

-¿Pero?- su cerebro quiso apurarla, pero Lorenz no dijo nada. ¿Y si lo extrañaba, pero ya no lo quería? Él no quería escuchar eso, aunque probablemente sería necesario para aceptar con más facilidad lo mucho que había arruinado las cosas.
¿Cómo podía ser que estuvieran viviendo uno sin el otro? Es decir, no es que Lorenz quisiera ser dramático, pero realmente no entendía cómo era posible vivir y seguir casi normalmente con una falta tan grande como era la creada por Diane.

[Diane Roseveare]

Se suponía que estaban caminando al Caldero Chorreante para que ella pudiera responder a su horrible pregunta sin armar un drama en un lugar público, delante de un montón de desconocidos y, si tenían muy mala suerte, algunos conocidos. Sin embargo, ahora le quedaba clarísimo que tampoco era una idea genial esto de ir caminando con él en incómodo silencio. Se aclaró la garganta, escaneando con la mirada a su alrededor, sopesando sus opciones. El detalle era que, incluso si decidía responderle mientras avanzaban por Diagon Alley, todavía le faltaba armar la respuesta de manera racional, coherente y articulada, para de ningún modo soltar un intento de oración sentimental y ridícula.
"La respuesta es no lo hice" enunció; breve, sencilla, y sin explicar de qué está hablando, porque se le olvidó que Lorenz no le sigue la línea de pensamiento. Una disculpa.

[Lorenz Van Buren]

Lorenz la miró, confundido: no estaba pensando en la pregunta a la que ella le debía la respuesta, porque su cerebro estaba tirándole nuevas preguntas a borbotones como para captar lo que Diane estaba diciendo. Y fue por eso que su primer instinto fue pensar que ese significaba un 'no te amé'.
Se le atoró el alma en la garganta, e intentó tragar saliva para bajársela al cuerpo otra vez, pero sin éxito.

[Diane Roseveare]

Como estaba haciendo todo lo posible por no verlo después de lo que dijo, se perdió esa mirada confundida. Y como no se enteró del malentendido y no recibió una respuesta inmediata (que tampoco esperaba), se encogió de hombros. -Y eso-. ¿Qué más podía agregar? Ya le había dicho que lo extrañaba y que no había dejado de amarlo, pero ¿qué diferencia hacía para sus circunstancias? Absolutamente ninguna.
Ahora sí lo miró de reojo, por si él tenía algo que decir.