Te he traído un regalito

[Prudence Ritchie]

Ah, si la tumba no era de un Faraón seguro no se trataba de nada muy peligroso lo que había en ese baúl. También, podía tratarse de un sacerdote que había terminado maldito después de intentar resucitar a su amante, u otra figura importante, pero en ese caso el Sr. Gibbs podía ayudarlas.

Se distrajo un poco mirando la tela, si tenía algún tipo de valor cultural podía incluirla entre los objetos que vendían a coleccionistas o también podían enviarla a un museo... o dejarla junto al resto de los objetos que guardaban porque sí y no tendría quedarle explicaciones a nadie. Regresó su atención al interior del baúl, con una mínima sonrisa en su cara y en efecto realizó un hechizo más antes de animarse a extraer la primera vasija, era pequeña con forma de granada pero bien conservada.

[Frankie Gibbs]

Bajó la varita sintiendo que ya no estaban en peligro y examinó con la mirada la primera vasija que sacó Prudence. Se parecía a muchas que ya había visto y sabía que podían tener bastante valor en el mercado, aunque no valía la pena pensar en nada de eso dado que se las iban a quedar los duendes.

"¿No está mal, no?" Preguntó con una sonrisa a Prudence. Ella sabría más al respecto que Frankie quien solo se encargaba de extraer la mercancía.

[Prudence Ritchie]

Hizo levitar la vasija y la giró lentamente para apreciar los detalles, no le parecía nada del otro mundo pero estaba bien hecha y eso era bueno, también la catálogo como parte de los objetos que podían vender a coleccionistas (o no).

"Se ve bien" confirmó, entonces dejo que la pieza bajara lentamente hasta reposar sobre la mesa "Parece un objeto decorativo, dependiendo de la antigüedad podría ser más o menos valiosa" explicó, aunque confiaba que su compañera ya sabía esas cosas. Agitó la varita y esa vez sacó la vasija amarilla.

[Frankie Gibbs]

Frankie sabía lo que eran y si tenían algún gravado a veces era capaz de leerlo si ya lo había visto antes pero no era muy buena sabiendo su valor exacto. Tenía que recurrir a tasadores o compañeros como Prudence para que se lo dijeran y que ella pudiera ponerle un precio para venderlo. No que ahora le fuese útil.

Miró la vasija otro momento más y luego volvió a mirar dentro del baúl, descubriendo piezas más pequeñas. "Hay más cosas" dijo, y reprimió el impulso de meter la mano.

[Prudence Ritchie]

Siguió el mismo procedimiento que con la anterior y tras asegurarse que no tenía ningún imperfecto dejó la vasija junto a la otra. Para suerte de todos, el Banco ofrecía un pago por cada pieza de valor entregada, una especie de comisión por adelantado y además aseguraban la autenticidad de las piezas con los compradores. Pero Prudence podía comprender si sus compañeros de profesión preferían hacer ventas directas sin intermediarios.

Cuando Frankie mencionó las otras cosas, decidió que quizá iban a necesitar más luz e invocó una esfera luminosa que posicionó sobre el baúl, entonces se asomó a ver a que se refería. "Esos no me gustan" arrugó la nariz, sin animarse a hacer algún hechizo para verificar la seguridad del objeto "Hay unos que no son tallados, son escarabajos reales encantados durante miles de años" y cuando los despertaban estaban enojados.

[Frankie Gibbs]

Sintió el picor en la mano que le daba cuando tenía muchas ganas de tocar o agarrar algo que sabía que podía ser peligroso. Hace unos pocos años habría tocado el amuleto sin dudarlo pero la experiencia y algunas quemaduras le habían enseñado que mejor no hacerlo.

"Ya, me ha pasado" respondió, mirando la pieza fijamente. "Por lo general me entero después de tocarlo" dijo con una risa. Era una broma basada en hechos reales. "¿Busco un envase para atraparlo por si acaso?" Consultó.

[Prudence Ritchie]

Le dirigió una mirada juzgona, eso que decía iba en contra de unos cuantos manuales de saqueo recolección de objetos en tumbas. Cero gracia le daba.

"Sí. Deben haber frascos aquí abajo" indicó, señalando la parte de abajo de la mesa. Movió la varita e hizo que el escarabajo saliera lentamente del baúl a la mesa, "Si no despierta lo tallaron" advirtió, y esperó a que Frankie estuviera lista con el envase. Estaba asustada debajo de esa expresión neutra que tenía, una vez había visto a alguien perder un ojo por culpa de esos bichos.

[Frankie Gibbs]

Se agachó buscando un frasco que tuviese la abertura los suficientemente ancha para que cupiera el escarabajo-amuleto, encontrando uno transparente de vidrio con la tapa plateada. Se incorporó y desenroscó la tapa lo más rápido que pudo al ver que Prudence ya lo había sacado del baúl. Estiró una mano para que ella pudiera meter el escarabajo dentro mientras que sostenía la tapa con la otra para hacer un movimiento rápido en caso de que estuviese vivo.

((Yo digo que lancemos este dado de dos caras. 1 está vivo, 2 muerto))

[Prudence Ritchie]

También había visto otros escarabajos que despertaban nada más al percibir un humano o magia, y ese ya había recibido varios hechizos indirectamente y seguía inerte. Podía ser una buena señal. Intercambió una mirada con Frankie mientras dejaba el objeto sobre la mesa y se preparó para el siguiente hechizo, "Solo ponle el frasco encima si se mueve" aconsejó con un tono serio.

Respiró y relajó los hombros, el hechizo era corto y con pocos movimientos, al bicho lo golpeó un rayo plateado que lo alzó por los aires y lo dejó boca arriba, moviendo sus pequeñas patas articuladas con lentitud. IT'S ALIVE!

[Frankie Gibbs]

Ella pensó que iba a meterlo dentro del frasco y después lo taparía, era el paso lógico para Frankie, pero la opción de Prudence era un poco más rápida.

Miró con atención el escarabajo, deseando en el fondo que estuviese vivo, solo por la emoción de ver a un ser vivo despertarse después de miles de años. La luz plateada iluminó sus ojos y vio en cámara lenta cómo el escarabajo se alzó por los aires, y cayó de espaldas. Ver cómo sus patas se movían le causó una sensación de triunfo y soltó la tapa que aún tenía en las manos, volteó el frasco y lo puso sobre el bichito. Frankie no se había dado cuenta pero estaba sonriendo.

[Prudence Ritchie]

Sintió que su cara palideció, ahora iba a tener pesadillas con escarabajos carnívoros de cientos de años de antiguedad (o miles) por lo que quedaba de semana.

La cara sonriente de Frankie le dio escalofríos "No te lo puedes llevar" advirtió porque le daba la impresión que ella podía quererlo de souvenir o peor de mascota. "¿Hay más?" preguntó, demasiado acobardada como para mirar por su cuenta.

[Frankie Gibbs]

Su mano se tambaleó un poco cuando el escarabajo pegó contra el vidrio para salir. Se le aceleró el corazón por un segundo, solo por el miedo de que se saliera del frasco. No podía ser difícil inmovilizarlo, solo se necesitaba una enorme puntería para llegarle a un objetivo tan pequeño. Sin embargo, apretó fuerte la base del frasco, para evitar que se moviera otra vez.

Alzó la vista, un poco confundida por su comentario. "No pensaba hacerlo" respondió con ese mismo aire de confusión. No es como si tener un escarabajo milenario fuese remotamente útil. "Creo que no pero no estoy segura" dijo. Se hubiese acercado al baúl pero prefirió quedarse donde estaba. No quería que Prudence la regañara por descuidar el frasco.

[Prudence Ritchie]

Oook, le iba a dar el voto de confianza en cuanto a no llevarse el bicho. Una vez vivos no tenían mucho valor de todas maneras, pero podían llegar a ser unas mascotas muy violentas.

Recordó que tenía un atomizador con poción paralizante y que podía ser más efectivo que lanzar un hechizo a un animal pequeño y frenético. Lo hizo levitar desde alguno de los cajones del mueble, dejándolo al alcance de su compañera "Prueba con eso" indicó y luego regresó al baúl, varita en mano, para inspeccionarlo con cuidado.

[Frankie Gibbs]

Segurísimo que la sangre de ese escarabajo debía servir para algún tipo de poción y Frankie se daría cuenta luego, cuando no tuviera la posibilidad de tenerlo, porque así funcionaba de vez en cuando: con retraso.

Le parecía un gran riesgo que tuviera que abrir el frasco para inmovilizar al bichito, por tanto lo hizo sin dudar. Con cuidado, apuntó la boquilla y levantó un poco el frasco. El escarabajo no se escapó pero no salió nada del spray. Lo agitó y volvió a tratar. Nada.

"Prudence, creo que ya no le queda nada a este f..." Iba a decir frasco pero justo cuando hacía la demostración que no salía nada, salió disparado un chorro de líquido en dirección a, si, Prudence. Ojalá cierre los ojos.

[Prudence Ritchie]

Acerco la esfera luminiscente al baúl para inspeccionarlo a fondo, contó de nuevo las vasijas y le pareció ver un par de objetos ovalados debajo de ellas, es decir, no podía llegar a ellos hasta retirar los otros. Pero primero requería terminar la situación escarabajo para encargarse de lo demás.

Situación escarabajo, ok. Se giró en dirección a Frankie, apenas prestando atención a lo que ella decía, y sintió como el chorro golpeaba su cara. Gritó horrorizada y dejó caer su varita al cubrirse la cara con las manos. Qué suerte que tenía buenos reflejos y logró cerrar los ojos a tiempo.