A mitad de camino

[Rabastan Lestrange]

Por Salazar, la noche de bodas iba a ser una pesadilla con esta mujer. Aunque no pasara nadie por el pasillo, de todos modos seguía siendo un pasillo y el miedo de que alguien los encontrara y los reportara a las autoridades seguía siendo una fea opción. Rebecca casi le mete el dedo en el ojo y la soltó a medias, aunque la mano seguía tratando de alcanzar su boca más para callarla que para fastidiarla. Odiaba ese método femenino de ella de dejarlo sordo y aturdido para que no pudiera pensar. La odiaba toda a veces.

[Rabastan Lestrange]

Ese no era el punto, porque Regulus y Bartemious no tenían ningún deber civil ni moral sobre Rebecca. Rabastan tenía que entrenarla, básicamente, para que sea su esposa en el futuro. Y eso implicaba hacerla callar, maltratarla, darle órdenes y tratar de que hiciera su voluntad. Pero la tipa era una rebelde, y le complicaba la existencia.
"¡Casi me das en el ojo, taradita!" exclamó, cubriéndose el ojo derecho con la palma derecha y señalándoselo con la otra mano, la que supuestamente tenía los gérmenes Rabastangosos.

[Rabastan Lestrange]

"Antes de que me dejaras parcialmente sordo, sí, mogólica" respondió, porque aparentemente llegaron a la etapa en la que agregarle insultos a las frases los hacía quedar mucho más agresivos y serios en el cometido de acabar con la vida del otro.
Bajó las manos, y se cruzó de brazos. Rabastan, por supuesto, era casi inmune a su propia mugre, aunque aún no había intentado el revolcarse sobre su propia porquería. Pero estaba en la lista de cosas para hacer antes de morir, y seguro que se le cumplía en Azkaban.

[Rabastan Lestrange]

"¡No quiero!" exclamó, alzando las cejas y sonriendo con la sorna de quien se cree tener algo de poder sobre el otro. Le dio un empujón al hombro para que se diera cuenta quién es el hombre acá. Pista: soy yo. "Eres una desubicada que tiene que darse cuenta que tu papel es estar A MI LADO, y no haciendo planes para verse con OTROS" exclamó, porque bien en serio se había tomado que ella podría verse con otros tipos, ya sea por venganza o porque así de desgraciada era ella en su misión de hacer de su vida un infierno.

[Rabastan Lestrange]

Qué buena pregunta. Rabastan, 80% agua y 20% palabras y amenazas, la miró con enfado en los ojos. ¿Qué le iba a decir? ¡La odiaba, la odiaba por ponerlo en esas situaciones tan desagradables! Tragó saliva "No te hagas la valiente, porque vas a salir perdiendo" amenazó, lanzando un mordisco al aire cerca de la boca de ella. Más por el valor violento del gesto que el valor sexual de éste, por supuesto. Para él, eran dos cosas que seguramente estarían fuertemente relacionadas. No como ellos, porque Rebecca no entregaba.

[Rabastan Lestrange]

"..." la odiaba mucho, pero la odiaba mucho más cuando tenía razón. Tenía que tener en cuenta una cosa muy importante: no interesaba cuántas veces ella lo humillara, o si él salía perdiendo. Rabastan sería un ganador siempre y cuando Rebecca permaneciera virgen para él, siempre y cuando no encontrara forma de escaparse del compromiso y terminara siendo suya por obligación, le gustara o no. Eso era ganar. Rabastan había vivido una vida de humillación y siendo lo más bajo de lo bajo, y Rebecca era su única oportunidad de ser alguien en la vida.
"No me subestimes. Lo único que quiero es que seas mía, y eso ya lo tengo por default. Solamente me aseguro de que cumplas con tu parte" le avisó, extendiendo una mano para tocarle el rostro pecoso.

[Rabastan Lestrange]

"No te atreverías" le dijo, tratando de asegurarse eso a sí mismo más que a Rebecca. "Perderías todo valor, ante tu familia, ante todo lo que representa nuestra clase" le dijo, arrugó la nariz con el asco que le causaba pensar que ella de hecho sí se atrevería a hacerle algo así. Porque el daño sería directamente para Rabastan, comprometido a alguien que había perdido la virginidad con alguien más. No sabría si podría vivir con la verguenza. No sabía si podía permitir que ella viviera si le hacía pasar esa verguenza.

[Rabastan Lestrange]

"¡Cállate!" exclamó, porque era su latiguillo para cuando Rebecca decía algo completamente justificado que él simplemente no quería oír. Odiaba que estuviera en lo cierto, pero aún más le molestaba saber que había estado buscando consuelo en otros lados que no eran lo mismo, y solamente habrían de hacerlo más paranoico y perseguido de lo normal.
"Eres una puta, ¿entonces?" le preguntó, todavía con el odio de haberla escuchado decir una verdad que no le gustaba aceptar.

[Rabastan Lestrange]

Odiaba la calma de Rebecca, odiaba lo que decía y odiaba escuchar ese tipo de cosas. "Vete a la mierda, Rebecca" le dijo, frunciendo el entrecejo y dando dos pasos hacia atrás. "Sabes muy bien que soy capaz de cumplir con lo que me toca, cuando acá la cobarde eres tú" alzó el mentón mientras apretaba los puños a la altura del estómago.

[Rabastan Lestrange]

"¡Bien!" exclamó, como si la idea le molestara. Rabastan estaba lleno de contradicciones, y una era que por más que quería hacer a Rebecca suya, no quería hacerlo antes de que estuvieran casados. Era como evitar por completo el punto del casamiento, ¿no? No sabe. Rebecca era la que hacía que toda su lógica se fuera al cuerno.
"¿Aquí mismo, entonces, toda valiente y desubicada?" preguntó, señalando con un movimiento del brazo el pasillo.

[Rabastan Lestrange]

"¡Pero es que contigo nunca se puede ganar, por Salazar!" exclamó molesto, porque si le decía que entonces mejor no por la razones que ella argumentó, después él era un cobarde. Y si hacían algo luego era por su culpa que los expulsaban del colegio. "No tiene sentido nada de lo que dices, estúpida" y sabía que sus insultos estaban perdiendo la gracia. Ya no sabía por qué estar enojado, más que el sentimiento general de molestia hacia ella y todo lo relacionado a su existencia.

[Rabastan Lestrange]

Tragó saliva. Quizás se le ocurría algo en el camino, o se cruzaba con Regulus, lo cual implicaría la salvación absoluta.
"Vamos a mi cuarto, entonces" dijo, como si se tratara de un hecho. Alzó una ceja y esperó a que ella fuera la primera en moverse, porque él había sido el que había hecho la propuesta y le tocaba a ella aceptar. Por dentro, deseaba que no. Deseaba que no quisiera o que apareciera un cura para casarlos a medio camino. -Sos una estúpida, Rebecca-

[Rabastan Lestrange]

"Bueno" repitió innecesariamente, caminando un paso detrás de ella con el entrecejo fruncido. Un hombre no debería desear nunca quedarse impotente en un momento así, pero Rabastan estaba comenzando a considerar la opción. No quería, no así. Si esas eran las condiciones para hacer a Rebecca suya, no sabía si realmente la quería después de todo.
¿Pero acaso no había pasado meses y meses queriendo exactamente ésto? ¿Por qué no se sentía ganador si iba a obtener lo que había esperado y buscado? "Segura, ¿no?" preguntó, haciéndose el malo "Después no me vengas a llorar con que te violé" agregó.

[Rabastan Lestrange]

¿Qué tan mal estaría empujar a Rebecca por las escaleras, y así no tener que...? -Momento, ¿por qué no quiero?- se preguntó, porque aceptar la verdad era incómodo y vergonzoso, y no podía dejar de encontrar todo el concepto sumamente contradictorio.
"¿Y tú crees que a alguien le va a importar que violé a mi prometida?" le preguntó, porque a él le sonaba como a que lo acusaran de homicida por arrancar una manzana de un árbol (que diera manzanas, sería muy extraño de otro modo): para eso estaba, esa era su función.

[Rabastan Lestrange]

Abrió la boca para decir algo pero las palabras se le atragantaron en la garganta. No tenía ni ganas de discutirle, no estaba enojado ni molesto. Estaba consternado y se sentía como un verdadero desdichado.
Cerró la boca y exhaló sonoramente por la nariz, cruzándose de brazos mientras se enfocaba en seguir caminando detrás de ella e ir poco a poco disminuyendo la velocidad con la esperanza de alargar el momento hasta que alcanzaran la sala común.