What's in the box?

[Dion Thornhill]

La observación de Kinsey le pareció sumamente iluminada y lógica, pero solamente había misterios creciendo en las mazmorras. "Eso es lo más curioso" comentó "porque no estaba al tanto de que tenía que recibir algo de mi madre" y menos mal que la que estaba enviando cosas era su mamá, porque la idea de que su abuela reciba algo para él no era para sembrar paz mental.
Alzó los hombros, porque no tenía idea de qué había pasado por la mente de su madre. Quizás sí era el gato de Kinsey el culpable de todo esto, que siempre quiso que su dueña y Dion tuvieran conversaciones random en las escaleras de las mazmorras.

[Kinsey Weston]

Vaya, los gatos de los magos y brujas sí que están en otro nivel, si además de dar clases de crochet en las mazmorras, usan a humanos como marionetas en sus planes para activar la vida social de sus dueños. Aunque compro que Gure esté un poco harto de la atención de Kinsey y quiera mandarla a hacer amigos que la distraigan y se la quiten de encima lo más posible. Ahora tiene todo el sentido.
Tamborileó con los dedos de su mano derecha contra su rodilla. "A mí no me avisan siempre antes de mandarme un paquete de casa" ofreció como posible explicación.

[Dion Thornhill]

Asintió con la cabeza, considerando la explicación de Kinsey. Su madre no siempre le avisaba, tampoco, tenía mucha lógica. Ahora detestaba quedarse con la intriga de qué demonios se suponía que debía recibir, y también le daba un poco de flojera escribirle a su madre. Porque podía escribir un 'me mandaste las revistas de crochet de la abuela, ¿qué me querías mandar a mí?' pero sería una carta un poco descortés.
"¿Te gustan las sorpresas?" preguntó, porque para él esa pregunta tenía mucho que ver con lo que estaban hablando.

[Kinsey Weston]

Kinsey veía la conexión: Siempre que llegaba un paquete del que no le habían avisado o que no era una compra por lechuza, abrirlo era una sorpresa. Lo pensó un par de segundos antes de contestar: "Depende de la sorpresa. Y de la persona que preparó la sorpresa también, porque eso tiene que ver mucho con la intención". No era lo mismo un examen sorpresa que un regalo sorpresa, igual que no era lo mismo recibir unos calcetines que reservaciones para un viaje. "¿A ti te gustan?".
¿Cuántas veces puedes escribir la palabra 'sorpresa' en un post, por cierto?

[Dion Thornhill]

Sería una gran sorpresa si no acabas de romper algún tipo de récord usando la palabra 'sorpresa' sin intenciones de hacerla protagonista del post.
"En general no" respondió, alejando la vista de Kinsey para pensar un poco en si recordaba alguna sorpresa agradable reciente. "No sé si es porque no estoy muy acostumbrado, o porque no me gusta que me agarren con la guardia baja" detalló, aunque sonaba a que estaba hablando de sorpresas mucho más grandes y serias que unas revistas de crochet, calcetines o exámenes.

[Kinsey Weston]

Asintió con la cabeza, porque lo que decía Dion tenía un montón de sentido, aunque no fuera necesariamente su mismo punto de vista.
"Quizá nuestra preferencia o nivel de comodidad con las sorpresas depende de nuestra experiencia con las mismas" sugirió. Por ejemplo, si tus papás te habían acostumbrado a sorprenderte con cosas geniales, Kinsey imaginaba que sería difícil no declararte pro-sorpresas. "Pero ¿igual te desagradaría si, no sé, tu mejor amigo te agarrara con la guardia baja con el mejor regalo del mundo? ¿El regalo y que sea una de tus personas favoritas no compensaría que te tomó desprevenido?".

[Dion Thornhill]

"Hmm" dijo mientras consideraba la pregunta de Kinsey. Tenía que sumar muchos supuestos: Dion no tenía un mejor amigo, no se le ocurría cuál podía ser el mejor regalo del mundo, era todo muy complicado de imaginar como para tratar de considerar cuál sería su reacción.
"No lo sé, ¿puedo responderte después?" preguntó, porque necesitaba tiempo para analizarlo. Dion era un ser insufrible. "¿Qué sería, para ti, el mejor regalo del mundo?" quiso saber, quizás eso lo ayudaba a descubrir cuál era la respuesta que le estaba debiendo a su compañera.

[Kinsey Weston]

Le pareció muy curioso que Dion pidiera chance de volver con su respuesta después, porque ella no creía que fuera algo que requiriera tomarse tan en serio. Sin embargo, podía respetar que no quisiera afirmar algo de lo que no se encontraba seguro, incluso tratándose de un tema irrelevante. "Claro, sólo considera que mis preguntas tienen una validez de 48 horas a partir de que fueron hechas, después de eso caducan y ya no sabré de qué me estás hablando". Nada de 'Kinsey, sobre eso eso que me preguntaste en mayo de 1989...', porque su reacción sería verte con cara de total incomprensión.
De una forma diametralmente opuesta, ella no se detuvo a reflexionar cómo contestar. "En este momento, el mejor regalo del mundo para mí sería mi propio Aethonan" dijo conforme pensaba. Sin motivos o justificación, eso fue lo que llegó a su mente pensando en el regalo ideal.

[Dion Thornhill]

Dion asintió, iba a hacer un esfuerzo por pensar en una respuesta para Kinsey que pudiera comunicarle en el primer recreo de las siguientes clases que compartieran. Iba a pensarlo seriamente, de todos modos, porque era algo que le resultaba interesante.
Imaginó lo conveniente que sería para Kinsey tener un caballo alado en Hogwarts, ¡ahorraría mucho tiempo yendo de un aula a otra! Y podría hacer entradas icónicas desde las ventanas o desde alguna claraboya. Menos mal que Kinsey no había quedado en Ravenclaw como él, o Dion estaría pidiéndole que lo alcance hasta la sala común a cada rato. "¿Tu gato sabe eso?" preguntó juguetonamente acusatorio, como si esa fuera la razón por la cuál Kinsey no encontraba a Gure.