Descanso accidental

[Royce Wakefield]

Estaba teniendo un sueño genial: él y sus hermanos acababan de subirse a unas muy geniales escobas que no poseían en la vida real y estaban volando sobre Hogwarts. Su hermano menor había desaparecido de repente, pero él no estaba preocupado. Desde su escoba podía ver la torre de Gryffindor y se acercó con toda la intención de ver hacia el interior de la sala común através de los ventanales.

Royce, en la vida real, estaba durmiendo en una de las camas de la enfermería. No le había pasado nada, sino que había acompañado a un compañero que se había roto un diente cuando se le atoró la pierna en uno de los escalones falsos de las escaleras y se cayó hacia adelante. Mientras esperaba que le arreglaran el diente a su compañero se había sentado en una de las camas, y luego se había recostado... y ahora soñaba, totalmente ajeno a lo que ocurría a su alrededor. Al menos las clases de la tarde ya habían terminado, por lo que no se perdería ninguna. El problema era que si seguía así y nadie notaba que él estaba ahí durmiendo, se perdería la cena hasta que la enfermera hiciera una de las rondas.

[Royce Wakefield]

En su sueño, estaba acercándose a los ventanales de Gryffindor con rapidez, viendo destellos rojos y dorados como si toda la sala estuviera incendiada... que lo estaba, en su sueño, obviamente, por lo que se puso nervioso. De repente la escoba ya no respondía a sus comandos y sentía las llamas del fuego lamerle las mejillas mientras él caía al vacío y...
Abrió los ojos, en el mundo real, un poco agitado mientras hacía un movimiento corto y brusco como si buscara levantarse. Estaba en esos breves segundos en los que no sabes dónde estás, qué es real, y quién se supone que uno es.

[Royce Wakefield]

"Eh, ¿eh?" soltó, okay estaba despierto. La sala de Gryffindor no estaba incendiada y él no había caído de una escoba que no poseía al vacío para abrirse la cabeza contra el suelo. Como Alice le había tomado el rostro no se movió más, pero ya había captado que todo había sido un sueño y que acababa de regresarse a la realidad. Y eso que ni siquiera era él el que se había roto el diente.
"¿Me dormí?" preguntó como si la chica de Ravenclaw pudiera saberlo.

[Royce Wakefield]

Se llevó una mano a la cara para tallarse un ojo, terminando de despertarse. Ah, cierto, su compañero se había roto un diente y él en teoría lo había acompañado a la enfermería, aunque no sé qué tanta compañía le haya proporcionado durmiéndose en una de las camas.
"¿Qué hora es ya?" preguntó, sentándose en la cama. Igual no captó, ¿Alice visitaba a los enfermos o...? Qué flojera, le daban ganas de dormirse otra vez, pero no se quería perder la cena tampoco. Y menos si la enfermera terminaba echándolo justo cuando lograba conciliar el sueño otra vez.

[Royce Wakefield]

-Ah, menos mal- pensó aliviado, para él hubiera sido una verdadera tragedia perderse la cena. Era muy difícil contener el hambre cuando la sala común de Hufflepuff estaba tan cerca de las cocinas y se podía sentir el aroma tentador de tantas cosas.
"Me quedé dormido" bajó el brazo y miró a Alice, alzando los hombros. Ni se había dado cuenta. "¿Tú a qué vienes? ¿Te duele algo?" dio dos palmaditas al colchón, por si ella se quería sentar.

[Royce Wakefield]

Le devolvió la sonrisa, pasándose una mano por el cabello, porque no podía ver si le había quedado todo despeinado por la siesta, y porque el movimiento del cabello de Alice le hizo acordar sobre el propio.
"Qué buena samaritana" alzó las cejas para mirarla y después miró hacia donde estaba el escritorio de la enfermera, con montones de estanterías con pociones y cosas raras que él desconocía. "Igual Madame Pomfrey es genial, seguramente le arregló el diente hace rato y yo acá durmiendo" rió.

[Royce Wakefield]

"¡Uuuh!" exclamó cuando ella mencionó lo del ángel, porque inmediatamente se había imaginado otra cosa.
"¡Pero van a pensar que eres el ángel de la muerte, lista para llevártelos al inframundo!" ¿no que Lucifer había sido el ángel más hermoso de todos? ¡Tendría sentido que mandaran un ángel para que las almas no se quisieran revelar, si venía un ángel onda Danny DeVito obvio que no iban a querer seguirlo!

[Royce Wakefield]

Le causaba gracia la situación, menos mal que no la había acusado de ser alguien peor que Satán mismo, ¿no? Royce siempre consideraba que el folklore que tenían en común muggles y magos era menos ofensivo que el puramente mágico. Tampoco como para compararla con Bellatrix, por ejemplo.
"Morgana, Morgana... ¿la que sale en los cromos de las ranas?" preguntó, porque él nunca había leído la parte de atrás del cromo, si decía algo como que ella se llevaba las almas de los muertos, Royce no estaba enterado.

[Royce Wakefield]

Como Royce no sabía a qué venía el bufido interpretó que era como un signo de cansancio de tener que explicarle a él cosas básicas de Historia (o quizás de cromos de ranas, quizás), así que su sonrisa se desvaneció lentamente.
"No era en serio, ¿eh? No creo que seas como Morgana, viniendo a ver a los enfermos para llevártelos de este mundo" aclaró con un poco de seriedad, por si eso era lo que había estado molestando a la Ravenclaw.

[Royce Wakefield]

La miró compungido e hizo una mueca con la boca, mordiéndose el interior de una de las mejillas suavemente. Eso de tener problemas familiares no sonaba muy bueno que digamos.
"Vaya, lo siento. Ojalá no sea algo muy serio y te sientas mejor pronto" soltó mirándola, no sabía bien qué decir pero al menos sabía que podía desearle cosas buenas con simpleza y honestidad. Vaya a saber con qué cosas lidiaba la Ravenclaw en privado.

[Royce Wakefield]

Royce se acomodó como para apoyar la espalda contra el respaldo de la cama, pero sin acostarse, porque él se acababa de levantar y realmente el riesgo de quedarse dormido otra vez era demasiado grande. Apoyó ambas manos sobre su propio estómago y miró a la Ravenclaw.
"¿Nunca? ¿Y te entusiasma haberte decidido ahora?" preguntó con sorpresa, sin entender bien de qué hablaba ella. Royce no era parte de las familias que todavía continuaban con tradiciones como los casamientos arreglados y eso, por lo que no era lo primero que se le venía a la mente.

[Royce Wakefield]

"¡Aaah!" exclamó, entendiendo de lo que ella hablaba cuando mencionó que no conocía al tipo al que la habían prometido. Hogwarts podría hacer intercambio con la escuela de India, que ya tenían varias cosas en común con eso de los matrimonios arreglados.
"Qué bueno que lo cancelaron, ¿por qué te quieren comprometer desde tan joven? ¿Las finanzas de tu familia están en problemas?" preguntó, quizás demasiado directo. Lo del tacto quizás que no se le daba muy bien.

[Royce Wakefield]

"Hummm..." dijo mientras la escuchaba, haciendo una mueca con la boca, pensativo. Qué difícil debía ser de una familia rica e importante, obviamente estaba bueno tener dinero y esas cosas, pero era fácil olvidarse que ellos tenían sus dramas también.
"Menos mal que no tienes que casarte con un desconocido solamente porque tu familia lo dice, entonces. ¿Sabes si era un viejo o alguien de nuestra edad?" preguntó, porque con ese nombre ya se había imaginado a un calvo con manchas en la piel al que le faltaban varios dientes.

[Royce Wakefield]

-¿Las Hébridas?- wow, él que se quejaba del frío en Hogwarts, no podía imaginarse qué tan fríos serían los inviernos en donde vivía Alice antes de ingresar a Hogwarts.
"¿Y qué onda tu familia allá? ¿Tienen una mansión o terrenos...?" preguntó, como él no sabía nada de la gente con dinero solamente se los imaginaba como adinerados londinenses, aunque tenía mucho sentido que vivieran lejos de la plebe y los muggles que habían copado la zona.

[Royce Wakefield]

Se quedó mirándola, ¡qué genial que era! Ahí otra vez volvían a tener ventaja los ricos, con poder decir cosas así con toda la tranquilidad del mundo. Royce quizás podía decir que de chico tenía un peluche de dragón que ahora era de su hermano menor, a comparación.
"Vaya, suena increíble. Con razón hay gente que quiere casarse y formar parte de tu familia" comentó pensativo. ¿Será que Alice podía ver dragones desde la ventana de su habitación? No podía imaginarse algo así de cool.