Héroe de guerra

[Prudence Ritchie]

Se acerco el algodón impregnado de poción desinflamatoria a la frente, quejándose un poco al sentir los efectos de la misma sobre la herida. Encantamientos no era una materia excesivamente peligrosa, pero Prudence no era una persona con mucha suerte, y cualquier cosa que se saliera de control en medio de la clase iba directamente hacia ella, era la norma. Se estiro un poco, intentando ver desde su ubicación, sentada sobre una de las tantas camas, los movimientos de Madame Pomfrey queriendo asegurarse de que no iba a tardar mucho en ir a atenderla. Pero por la cantidad de alumnos que revoloteaban por allí (unos ocho como mínimo) calculaba que sus heridas tardarían en ser curadas.
Balanceo sus piernas distraída, pensando seriamente en llevar un casco para la próxima clase o enfriarse tanto hasta conseguir resfriarse para no tener que asistir, cualquier escusa era buena; iban a trabajar con bolas de metal. "Aaauhh" musitó, bajando ahora el algodón hacia su mejilla, era la viva imagen de un héroe de guerra.

[Prudence Ritchie]

Resoplo molesta, al ver a uno de los niños, que calculaba era de segundo hacer escándalo porque el brebaje que debía tomar le estaba haciendo salir canas. Honestamente o Slughorn estaba más deficiente que nunca o los alumnos eran más inútiles que de costumbre, tenía entendido que ese era el tercer caldero que explotaba en la semana y apenas era martes.
Se sintió observada, justo cuando comenzaba a abrir los primeros botones de su camisa para aliviar una herida en su hombro, volteo para observar, con la mirada más fiera que tenía, la número tres. "¿Qué?" preguntó, ese día no estaba de humor para curiosos, ni niños ineptos.

[Prudence Ritchie]

Rodó los ojos molesta, otro freak más que le hablaba creyendo que era la única fanática que secuestraba libros de historia, ignoro al muchacho unos segundos pensando en alguien a quien pudiera acusar, y mientras tanto ponía el algodón sobre su hombro izquierdo, dibujando una pequeña sonrisa satisfecha al hacerlo. "No, no fui yo" dijo, arrugando un poco la nariz, diablos, si que le dolía ese hombro "Quizás fue Beverly, la chica de las trenzas rubias" y estaba culpando a una persona que no conocía, pero ese no era el mejor día para que la acusaran de algo.

[Prudence Ritchie]

A lo lejos pudo distinguir un grito infantil clamando por ayuda, nunca había cursado adivinación pero estaba segura que los niños habían tomado la poción equivocada, otros quince minutos más de espera. Miro de reojo al freak Gryffindor, asegurándose de que se iba, por lo menos tendría un poco de paz. Estiro un brazo para tomar otro algodón impregnado de poción, que estaba en la mesa auxiliar frente a su camilla, y entonces... Oh si, se fue de cara contra ella, porque aquel día todos y cada uno de los astros querían asegurarse que Prudence Ritchie no saliera de la enfermería en dos días.
Y había hecho ruido, mucho ruido, pero no el suficiente como para que Madame Pomfrey fuese a atenderla.

[Prudence Ritchie]

((... Que problema contigo))

Ohnoes, ahora el Gryffindor desconocido estaba ayudándola, ¡Ella estaba muy bien intentando levantarse sola! Había progresado y todo, ya estaba sentada en el suelo para cuando él había llegado.
Abrió sus ojos asustada, ese sonido, estaba segura que venía del brazo del muchacho. "Auch" dijo e inmediatamente se bajo de la camilla, sin saber muy bien que hacer, el chichón del tamaño de una pelota de tenis que tenía en la frente podía esperar, porque ese brazo era como más importante. Y Madame no podía ser tan negligente.

[Prudence Ritchie]

Con cuidado puso una mano sobre el brazo sano del joven, y con un gesto mudo le indico que se sentara el en la cama. Justo en ese momento recordaba porque la enfermería nunca seria su lugar favorito, solo traía problemas y desastres. Avanzo hacia un lugar donde la enfermera pudiese verla, a pasos torpes y lentos, porque su cabeza daba vueltas y no media muy bien las distancias "¡Madame, Madame!" llamo con más fuerza que los niños (que aun seguían chillando y lloriqueando), antes de tener que sostenerse de la cama, ese chichón del mal le dolía tanto..

[Prudence Ritchie]

Una guerra que definitivamente ganarían los chicos de 12 años que al contrario de Prue, no sufrían de apatía crónica.
Miro el brazo del joven con asombro, llevaba mucho tiempo sin ver uno en una pose tan extraña la verdad, y pensar que todo eso era su culpa la atormentaba. '¿Qué sucede? ¿Qué han hecho?' pregunto la enfermera al llegar, sin alterar el tono calmado de su voz y cumpliendo con sus funciones médicas. Prudence se alejo un paso de la camilla, nerviosa por ese brazo roto y su dolor de cabeza.

[Prudence Ritchie]

Claro que era un lugar peligroso, con todos esos instrumentos, pociones y bacinicas por limpiar. Los centauros eran nada comparados con todo eso.
Escucho la típica frase de: 'Es una fractura limpia'. Prefirió entonces, desviar la mirada y concentrarse en otra cosa, como en mirar la entrada de la sala o a los niños que intentaban ponerse algodones. -Claaaaaro, y así dejan de ser como el Grinch- torció la boca, y susurro un 'auh', porque hasta hacer eso le dolía.