Bowls, bowls, bowls

[Mason Storstrand]

Mason acababa de arreglar el tercer bowl de fruta en el departamento de dos ambientes: uno sobre la mesada de la cocina (con tres bananas y dos manzanas), todo normal. Luego uno en la mesa que correspondía al comedor (con un racimo de uvas y dos peras), normal. Y, finalmente, un tercero en la mesita baja, la de café (con satsumas y ciruelas), que estaba frente al sofá. No tan normal. Pero al menos ninguna fruta bajo el cuidado de Mason Storstrand sufriría el destino de la pudredumbre, eso era certero. 
Tenía tres días libres en el trabajo... bah, los trabajos, empezando ese día. Las estrellas se habían alineado y decidió invitar a Naomi a visitar su departamento. La vida de adulto era cruel y Mason tenía que admitir que no había estado tan presente en la vida de Naomi como hubiera imaginado cuando eran adolescentes. Todavía la consideraba su amiga más cercana, pero no trabajar con ella, no comer con ella, no cruzársela en el living... Todo restaba.
Esperó sentado en el sillón, balanceando una de sus piernas, aprovechando a leer un libro que le había prestado el año anterior un compañero de trabajo. Iba por el primer tercio, y hasta ahora se trataba de un mago que decidía abandonar a su esposa para hacerse pasar por muggle y buscar a los padres biológicos de su mujer, que Mason todavía no entendía bien si eran squibs, muggles o qué. Leer un libro de a tres páginas por vez, cada varios días, no era forma de retener una trama.

((Reservado. El día que quieras, a la hora que quieras))

[Naomi Sewell]

((Yay, gracias por abrir. Voto por que sea viernes por la tarde porque, aunque no he actualizado el perfil, Naomi tiene un trabajo godín))

Happy Friday. Así llamaban al concepto de poder retirarse de la oficina más temprano de lo normal los viernes. Como ella era más de organizarse por tareas realizadas que por segmentos de tiempo (técnica pomodoro what?), había muchos viernes en los que levantaba la mirada después de firmar el último pergamino en su pila y era la única que quedaba ahí. Pero ese viernes en particular había estado pendiente del reloj y, en cuanto fueron las 2:50 PM, dejó su pluma sobre el escritorio y comenzó a recoger sus cosas para retirarse.

Aunque nunca había ido a Occamy Heights, tenía una idea bastante clara de dónde se ubicaba, así que decidió prescindir de cualquier comodidad que le brindara su estatus de bruja (aunque por qué alguien consideraría la red flu una comodidad la superaba) y trasladarse como muggle, aprovechando la distracción para terminar de desconectarse de sus responsabilidades y ponerse en 'modo social', lo que sea que eso signifique. Cuando estuvo frente al intercom, llamó al departamento que buscaba en el segundo piso, inhaló profundamente y sacó con cuidado una canastita con fresas (importadas, ya que estaban fuera de temporada) de una tote bag encantada, porque sus papás le habían enseñado a llevar regalos para los anfitriones siempre que fuera de visita.

[Mason Storstrand]

Mason se puso de pie cuando escuchó sonar el intercom, soltando el libro sobre el sillón. Agarró su varita y corrió hacia la puerta, salió del apartamento y llamó el ascensor a su piso. Frunció el entrecejo, ¿se olvidaba de algo? Uhm, sí, ¿de responder el intercom?
Volvió a su apartamento para gritar un '¡Ya bajo! Ya abro' todo apresurado, y no sé si Naomi contestó, porque Mason estaba cerrando la puerta otra vez para bajar corriendo por las escaleras. ¿No había llamado el ascensor al segundo piso, donde vivía, para bajar así? Perdón, Naomi, dame un segundo para revisar mi lista de excusas: mh, aquí dice que, eh, Mason no está acostumbrado a recibir visitas.

[Naomi Sewell]

Se sobresaltó un poco cuando la voz de Mason le gritó a través del intercom que ya bajaba -?!- seguido de que ya abría. ¿Iba a bajar o iba a abrir? ¿No era el propósito del intercom que la persona que vivía ahí pudiera abrirle sin bajar? "Ok" respondió con su volumen de voz normal, aunque no sabía si la estaban escuchando o no. Aguardó un par de segundos y como no hubo señales de que le abrieran -....-, asumió que Mason iba a bajar. Dio un paso en reversa y se dispuso a esperar. Ladeó mínimamente la cabeza, tratando de ignorar el hecho de que se sentía rara ahí parada, como si temiera que en cualquier momento alguien fuera a salir a preguntarle qué quería y/o a comentarle que no era normal estar de pie frente a la puerta de un edificio donde no vivía.

[Mason Storstrand]

Mason llegó al hall, corriendo, casi deslizándose hacia una de las paredes cuando intentó recalcular la dirección para ir hacia la puerta al bajar por la escalera caracol. Por suerte ni la señora ni el señor que trabajaban en el edificio lo habían visto, o probablemente le dirían algo por estar corriendo. Al menos ya no le podían sacar puntos a Hufflepuff por su comportamiento.
Vio a Naomi a travésa las puertas vidriadas y agitó la mano en el aire mientras trotaba con la varita en mano, listo para abrirle. Si el encantamiento funcionaba a distancia, entonces ya le abrió. "¡Heeeey!" exclamó, todo entusiasmado.

[Naomi Sewell]

Imagina lo triste de tener la edad que tienen ahora y que sigan quitando puntos a sus casas en Hogwarts. Bueno, Naomi no se preocuparía por Slytherin, la verdad, ella sigue siendo una ciudadana modelo, no la ves patinando por los pasillos.
Sonrió cuando pudo ver a Mason, aunque su manual de comportamiento interno le indicó que no importaba si la puerta ya estaba abierta, a ella le correspondía esperar hasta que el anfitrión llegara a la misma para dar un paso al frente, y hasta que la invitaran a entrar para pasar. "Hola, Mason" saludó a su vez. Necesitaría volver a nacer para responder 'heeeey' y entrar corriendo para chocarle los cinco.

[Mason Storstrand]

"Perdón si te hice esperar mucho" guardó la varita en el bolsillo del pantalón, terminando de acercarse a ella para sonreírle y hacer un gestito con la mano como invitándola a que entrara. Consideró un poco innecesario decirle que no estaba acostumbrado al edificio ni a recibir visitas, porque creía que Naomi seguro ya sabía o podía darse cuenta sin que él haga énfasis.
"¿Cómo te resultó llegar hasta aquí?" quiso saber.

[Naomi Sewell]

"No fue complicado" contestó, dando un paso al frente para entrar al edificio, aunque después se detuvo y extendió el brazo para ofrecerle la canastita con fresas. "Gracias por invitarme" expresó con más formalidad de la que habría usado cualquier día en Hogwarts, pero que en estas circunstancias consideraba adecuada. Como bien escribiste antes, ya no se veían todos los días, ni comían juntos, y aunque era un poco triste de notar, Naomi no se sentía necesariamente cómoda. Incómoda tampoco, porque seguía siendo Mason, pero necesitaba recalibrar.

[Mason Storstrand]

Miró encantado la canastita de fresas y sin cambiar de expresión miró a Naomi, muy contento por la presencia de su amiga como de esas bellas frutas que le estaba ofreciendo. Tomó la canastita y volvió a mirarla, apretando los labios para bajarle un poquito de intensidad a su sonrisa.
"¡Gracias a ti por venir!" exclamó, y luego hizo una pausa. Extendió un brazo, el que tenía libre, mirándola como pidiendo permiso para acercársele más. Un medio abrazo breve, nada más, eso es lo que está pidiendo con la carita de 'por favor, te extrañé'.