Precalentamiento global

[Alastair Cunha]

Lunes 9 de abril de 1990, 7:23 AM.

Alastair abrió la puerta de su departamento y espió el palier del quinto piso. No había nadie, o al menos nadie que él pudiera ver (ya no se sabe en este mundo loco y mágico), así que cerró la puerta de su vivienda cuidadosamente y se acercó a la baranda de la escalera para mirar hacia abajo. Lo bueno de que fuera caracol es que no tenía una vista obstruída de la lejanísima planta baja.

Ya había tenido problemas con la portera por hacer ruido (Alastair había llegado al edificio un viernes a las 11 PM y decidió subir las escaleras a las corridas. ¡Ni siquiera había sido tan ruidoso! Ms. Bojarski era simpática pero demasiado estricta, para su gusto), pero sabía que por la mañana estaba Mr. Hickinbottom. Esperaba que no fuera a regañarlo también, o que estuviera dormido frente a la chimenea o algo así.

Subió por la escalera el único piso que lo separaba de la terraza, el cielo todavía un poco oscuro aunque la luz ya teñía las nubes en el horizonte de anaranjado. Tenía unos veinte, treinta minutos para que saliera el sol por completo. Buscó el área de la terraza que estaría directamente debajo de su propio departamento y, asomándose para ver que definitivamente eso que veía era su balcón, se dispuso a precalentar haciendo unos polichinelos. Saltos de tijera, bah, tenía que dejar Portugal atrás de una vez.

[Waleska Sumpter]

((Este es mi momento))

Lunes 9 de abril de 1990, 7:30 AM.

Se había mudado hace cinco días. Estaba claro que la mudanza en sí duró bastante poco dado que podía desempacar y montar todo con su varita, pero acostumbrarse a su nuevo hogar y su nueva compañera sí le llevó un poco más de tiempo. Para ser honestos, Valentine era un sol de persona, se preocupaba mucho de dividir todas las tareas cuando a Waleska le importaba muy poco si tenía que hacer un hechizo más o menos, pero era tolerante con la gente que le gustaba tener el control de las cosas, como ella. Mal iba con los desorganizados y holgazanes.

Le tomó cinco días poder ajustar su vieja rutina al nuevo hogar. No quería despertar a Valentine mientras hacía sus ejercicios matutinos y la tarde anterior había inspeccionado un poco el edificio y consideró que la terraza era un buen lugar para hacerlo. Haría frío, claro que sí, pero al menos tendría espacio y una buena vista de los techos de Londres.

Intentó hacer el mínimo ruido posible para no despertar a Valentine y subió dos pisos hasta la azotea. El cielo apenas se estaba coloreando pero antes de que pudiese hacer alguna nota mental del clima vio que ya había alguien haciendo lo que ella pensaba hacer.

"¡Oh!" Exclamó "¡Hola!" Saludó con una sonrisa y se acercó. Ya sabía quien era, obviamente. Alastair Cunha le debió haber lanzado una bludger alguna vez mientras jugaban.

[Alastair Cunha]

Respirar por la nariz, exhalar por la boca. Respirar por la nariz, exhalar por la boca. Ejercitarse por las mañanas era relajante, como meditar. Le había costado llegar a eso, porque él siempre fue de querer la acción inmediata: quiero que me duelan todos los músculos ahora, ya. Querer entrenar como demente y sentirlo en el cuerpo todo el día, todos los días. Pero no funcionaba así la vida, porque se sumaban responsabilidades y atuendos horribles, reuniones matutinas, y a veces la falta de sueño se acumulaba al punto de impedirle pensar. No que hiciera mucho de eso, claro, de pensar.

"¿Oh?" dijo, saliendo del estupor mental en el que entraba cuando escuchó el saludo y la vio. "Ah, ¡Sumpter!" exclamó. ¿No que no ibas a hacer ruido a las siete y media de la mañana, Alastair? Dejó de saltar, cayendo en cuenta que técnicamente ni había comenzado el día.
"¿Te desperté?" preguntó, sinceramente preocupado. Estaba 99% seguro de que el departamento de abajo era el suyo, pero quizás Northwood Developments había usado ladrillos huecos, no sé, algo así, y retumbaba todo hasta el piso de Waleska.

[Waleska Sumpter]

Le hubiese encantado poder acercarse y darle un abrazo, pero no recordaba si se había puesto desodorante o no. Estaba segura de que en ese instante no olía mal, pero por si acaso, iba a mantener su distancia.

Se rió. "Claro que no, vivo en el cuarto, dudo mucho que tus saltos lleguen hasta mi departamento" contestó despreocupadamente y se puso a su lado a unos dos metros de distancia (por el olor y la comodidad). Dio una respiración profunda alzando los brazos al inhalar y bajándolos al exhalar. "¿Qué te cuentas?" Preguntó casualmente mientras abría las piernas y se tocaba un pie con las manos con el cuerpo inclinado, la cabeza tocándole el muslo.

Me encanta que mis personajes hagan cosas que yo físicamente no puedo, sin importar cuantos videos de yoga vea.

[Alastair Cunha]

Miró a Waleska estirarse y ladeó la cabeza, olvidándose momentáneamente de lo que se suponía que tenía que hacer.

"¿Desde la última vez que te vi hasta ahora?" preguntó, estirando un brazo delante de su torso y sosteniéndolo en el lugar con la mano opuesta colocada sobre su codo. "Muchas cosas, Sumpter. Ninguna terriblemente interesante, como esos que se casaron y tuvieron críos" contestó, sonriente aunque ahora el otro brazo cubría parcialmente su rostro al estirarlo.

[Waleska Sumpter]

Cambió de pierna sin levantar la cabeza. Era una posición un poco incómoda para reírse pero se las arregló para hacerlo.

"Como si eso fuese interesante" Contestó. "Me conformo con saber qué estás haciendo ahora" se incorporó y empezó a hacer squads colocando las manos en las caderas "porque sé que no estás jugando en ningún equipo de quidditch, aunque tenías buen brazo" añadió.

Ahora mismo esa frase tenía más significado. Waleska podía notar que le habían crecido los bíceps.

[Alastair Cunha]

"¿Cómo es que tenía?" dijo, fingiendo muy mal estar ofendido, porque no había dejado de sonreír como si le pagaran para vender pasta dental. "Bueno, igual tienes razón, porque terminé trabajando para cosas de turismo" admitió, para de paso responder la pregunta de Waleska por fin.
"¿Y tú, qué haces que no estás guiñándole el ojo a un mago adolescente desde un póster?" preguntó, aunque ¡vaya a saber! Quizás por eso Waleska estaba rubia ahora, por la demanda de pósters. Qué triste el día que Alastair se dio cuenta que ya no tiene empapeladas las paredes de su habitación con pósters de jugadores de Quidditch.

[Waleska Sumpter]

Sin dejar de hacer squads, Waleska rió, lo que arruinó totalmente su control de respiración y decidió detenerse y recuperar el ritmo.

"Bueno, yo no sé si esos brazos de ahora son fruto de pócimas infladoras" se hincó de hombros y continuó con lo que estaba.

Una vez había hecho quince sentadillas, se detuvo para descansar, aprovechando el momento para mirarlo. "Tú y yo sabemos que no tenía madera para jugadora profesional" admitió. Esto no era algo que lamentara demasiado, quizá hace años, pero luego de ver suficientes partidos de liga supo que no tenía el talento ni el temperamento para un equipo. "Mi lugar siempre estuvo donde pudiera mandar, así que soy organizadora de eventos de quidditch" dijo, volviendo la mirada al frente y retomando la segunda serie de squads.

"Así que" dijo en medio del ejercicio "¿Turismo? No te veo haciendo eso" finalizó.

[Alastair Cunha]

Alastair sonrió de lado, lo de las pócimas infladoras lo había escuchado una vez en un chiste, pero poco estaba relacionado con los brazos. Se quedó algo pensativo con ambos comentarios de Waleska: ¿cómo que ella no tenía madera de jugadora profesional? A él le hubiera gustado imaginarla como capitana de algún equipo poco conocido, detestada por sus compañeros por mandona, pero llevándolos a finales en cada ronda para sorpresa de todo Europa. Humille, Sumpter, humille.

"¿Qué me ves haciendo?" preguntó con curiosidad, mientras literalmente podías verlo sentarse en el piso, estirar las piernas, y tratar de tocarse los pies con las manos. Le estaría haciendo falta algo más de flexibilidad. Los años no vienen solos, pero siempre vienen con venganza.

[Waleska Sumpter]

Después de la segunda serie de squats empezó con los lounge, intentando imaginarse a Alastair en un trabajo real, no como estudiante o sin camisa en su cama.

"Algún trabajo en el Ministerio, quizá" le dijo, luego se detuvo para descansar y mirarlo. "La verdad no lo sé, siempre digo 'Ministerio' cuando no tengo ni puta idea" añadió riendo un poco. Lo observó haciendo un penoso intento de estiramiento y no pudo evitar intervenir. Se le colocó detrás tocándole los glúteos con los zapatos, empujándole la espalda con sus rodillas con un poco de fuerza y las manos en los hombros para evitar que se encorvara demasiado. "Espalda recta" exigió.

[Alastair Cunha]

Estar sin camisa en una cama podría ser un buen trabajo, pero ¿escuchaste esa frase que dice algo tipo 'trabaja de lo que amas y nunca tendrás que llamarlo trabajo'? Se me hace que uno terminaría hastiado de su trabajo y de su hobby, pero no sé. Luego ningún monasterio querría aceptar a Alastair, y no podría volver a rolearlo.

Cuando Waleska le corrigió la postura, Alastair intentó obedecer. "Aye aye, sir" dijo en broma, tentado de hacer un saludo militar, pero no le alcanzaría la fuerza en los brazos. "¿Ves que te necesitan en algún equipo de quidditch, Sumpter? El Ministerio puede arreglárselas solo".

[Waleska Sumpter]

Después de un minuto o dos, Waleska se separó. No que quisiera realmente pero se le acababan las excusas para tocarlo. Al principio lo hizo para cerciorarse del tamaño y dureza de su cuerpo, como si no lo creyera, luego fue por puro placer. Pero ella era multitasking, por lo que era capaz de pensar cosas sucias y a la vez estar presente en la conversación, como siempre le pasaba con Ludo Bagman; en su mente lo insultaba por su incompetencia pero le respondía que sí a tener fuegos artificiales por cada tanto que se marque.

"No, me necesitan exactamente dónde estoy, sino, el próximo partido de la liga será en una granja de ovejas y los jugadores estarán desnudos porque sus uniformes nunca llegaron" dijo, "no que haya pasado nunca".

[Alastair Cunha]

Alastair se rió, abiertamente, cuando Waleska puso en su cabeza la imagen de un partido de quidditch en una granja de ovejas con jugadores desnudos. Y menos mal que no lo dijo, porque sería muy grosero y hasta xenófobo, pero inmediatamente imaginó que los equipos desnudos serían las Holyhead Harpies y los Caerphilly Catapults. Muy mal, Alastair, no está bien pensar esas cosas sobre los galeses.

"Ah, es de esos trabajos donde haces de todo y nadie se entera que el éxito del evento es gracias a tu trabajo, ¿no? ¿Te dejan ir gratis a cualquier partido, al menos?" preguntó, estirándose casi como un gato y sentándose en el suelo para mirarla. Juntó las suelas de los pies para hacer un butterfly stretch.

[Waleska Sumpter]

Waleska por su parte se sentó en el suelo, con las piernas dobladas y empezó a hacer abdominales, colocando las manos detrás de la cabeza, impulsándose hacia adelante hasta que su pecho tocara sus rodillas. Paró un momento para poder mirar a Alastair.

"Bueno, los del Ministerio saben lo que hago, pero de cara al público supongo que tienes razón. Ludo es la cara del departamento. Si yo hubiese sido una famosa jugadora la historia sería diferente" dijo, volviendo a la suyo.

"Y si, tengo entradas gratis a todos los partidos de la liga" añadió, sonriendo.

[Alastair Cunha]

Miró de reojo a Waleska, realmente haciendo más trabajo para verla que para realmente hacer algún tipo de ejercicio. ¡Era la sorpresa de enterarse de que ahora era vecino de la capitana! Ese edificio era una demencia, menos mal que él era sociable o tanta interacción y reencuentros podría dañar a cualquiera.

"¿Y vas a los partidos como fan, o como... mujer que trabaja para el Ministerio?" preguntó. "No porque te pregunte porque quiera que me lleves a un partido, ¿eh? Nada que ver" ¿bromeó? No sé si bromeó. Creo que bromea, pero no pondría las manos en el fuego.