Cualquier excusa es buena

[Alastair Cunha]

-Ow, ¡droga!- estaba en el cuarto piso y hacía pocos minutos había terminado de almorzar. Se suponía que tenía que llegar antes al aula para tener otra conversación con la profesora de Runas pero cuando estaba subiendo la escalera y bajó la vista para asegurarse que iba a saltearse el escalón falso para no quedarse con el pie enterrado se dio cuenta de una enorme mancha de vaya a saber qué en la parte inferior de su camisa (que llevaba fuera del pantalón) y el borde de los pantalones.
Bruto como era, no resultaba sorpresa que fuera a ensuciarse cuando estaba taradeando en la mesa de Hufflepuff, pero esa mancha, ¡por Helga y sus ruleros de oro! No llevaba reloj, pero sabía por default que seguramente estaba llegando tarde a ver a la profesora. Caminó apresuradamente por un pasillo y encontró el baño de niñas, el único que había en ese piso. No podía bajar dos niveles para tratar de quitarse la desagradable mancha, ¿e intentar limpiarse con magia? No si quería llegar al salón con la camisa destrozada o, en el mejor de los casos, radioactiva.
Sin pensarlo dos veces, esperando que no hubiera nadie y que todas las niñas estuvieran en los baños de los pisos más cercanos a sus salas comunes o al Gran Salón, abrió la puerta del baño y la cerró detrás de sí.

[Alastair Cunha]

Miró a Dafne con su mejor expresión de 'feliz cumpleaños' "¡Daffie!" exclamó, juntando las palmas de las manos a la altura del mentón y mirando hacia arriba para murmurar un poco comprensible 'Obrigado' a alguna deidad que lo estuviera escuchando. Le sonrió y bajando las manos caminó hacia ella "¿No es la mejor casualidad del mundo encontrarnos aquí?" preguntó, como si fuera un bar.

[Alastair Cunha]

Agitó una mano en el aire como para quitarle importancia al último comentario de su compañera Ravenclaw, alzando ligeramente un hombro y negando silenciosamente con la cabeza con los ojos cerrados. "Nimiedades, nimiedades" dijo usando una palabra que había aprendido la semana anterior y esperaba que estuviese bien empleada en situación. "¿No es fantástico el destino, Daffie?" preguntó, quedando a un paso de ella y apoyando una mano contra la pared del baño para balancear su peso de un pie hacia el otro, cómodamente.

[Alastair Cunha]

No es que no le quisiera decir, pero algo le decía que era mejor endulzar el camino antes de andarlo. "Por muchas cosas" generalizó, llevándose la mano libre al mentón para rascárselo suavemente con la uña del dedo pulgar "por ejemplo... no sé, ¿qué hubiera sido de mí si no estabas tú en este baño?" preguntó alzando la mirada al techo, como si esperara una respuesta divina a su pregunta. Bajó la vista hacia Dafne nuevamente "Son muchas cosas por las cuales tengo que estar agradecido" le dijo tratando de sonar exageradamente serio.

[Alastair Cunha]

Pero Alastair no sabía que ya era demasiado tarde, así que iba a continuar negando la verdadera razón por la cual estaba contento de verla porque le parecía que ser tan caradura no iba a beneficiarlo ni iba a hacer sentir bien a Dafne. Puede ser un imbécil pero no se enorgullecería de andar haciendo sentir como caca granizada a la gente.
"¿Por qué te tendría que pedir algo, Daffie?" preguntó, soltándose de la pared y enfrentando una de las piletas (¿lavabos? La fuentecita con el grifo y las canillas para el agua) mientras dejaba correr el agua fría.

[Alastair Cunha]

Olvidó durante un segundo su dilema de la camisa sucia (...y el hecho de que se suponía que debía apurarse para llegar a tiempo al salón para conversar con la profesora, pero él mismo se sabotea. Obviamente tener charlas con esas profesoras viejas y feas no eran su actividad favorita número uno) para mirarla con las cejas en alto, dejando las manos bajo el agua fría que corría de la canilla.
"¿Hablar conmigo es desperdiciar el tiempo?" soñó shockeado, y se quedó estático en su lugar mirándola con la boca ligeramente entreabierta.

[Alastair Cunha]

Miró a Dafne con una sonrisa mientras bajaba la vista a las manos que comenzó a enjabonarse, como si no estuviera en el baño de niñas con el tiempo justo para limpiar su camisa y llegar a la oficina de la profesora anteriormente nombrada. "De nuestra amistad, Daffie. De lo mucho que nos ayuda el destino a desarrollarla" exageró mientras la miraba por el reflejo del espejo con una sonrisa.
No es que le estuviera mintiendo, sino que exageraba. Porque las cosas exageradas normalmente suenan más agradables.

[Alastair Cunha]

Cerró el grifo y sacudió las manos dentro de la pileta antes de pasárselas por la parte superior del sweater para secárselas, dándose la media vuelta para enfrentar a Dafne sin tener que estar sonriéndole al reflejo.
"No, no realmente" la miró y frunció un poco el entrecejo, deliberando unos segundos si lo que Dafne decía podría resultar cierto -Neeh, los Ravenclaw no son tan abiertos y sinceros con sus sentimientos como los magníficos Hufflepuffs- pensó, dándose ánimos.

[Alastair Cunha]

Terminó por relajar la frente y mirar a Dafne con una actitud relajada, algo que no solía practicar con asiduidad, pero hey, siempre hay una primera vez para todo.
"¿Te parezco cursi?" preguntó en una voz afeminada y aguda, cruzado de brazos y flexionando los músculos para hacer contraste entre la falsa figura de macho con la voz y la entonación más bien femenina. No sonrió, como si hablara en serio.

[Alastair Cunha]

Estalló en risas graves y estridentes desenlazando los brazos y haciendo el torso hacia atrás con la intención de liberarse de las manos de Dafne en sus mejillas. La última vez que le habían hecho eso tenía como ocho años y su tío Cristóvão recibió una juguetona patada en las gónadas que le enseñó la lección.
"Ya, ya, de ese afecto no quiero" bromeó alzando las manos para protegerse el rostro. Ese movimiento sí era normal, a veces era necesario cuando decía alguna barbaridad y suponía que alguna chica iba a bajarle algunos dientes de una bofetada.

[Alastair Cunha]

"Espera, espera" extendió ambos brazos hacia Dafne para tomarla del brazo, inclinándose ligeramente hacia adelante. "¿Puedo pedirte algo?" preguntó, sonriendo como si quisiera ganar el premio al concurso de sonrisas encantadoras de Corazón de Bruja (¡Gilderoy Lockheart no es nadie a su lado!) esperando que el premio fuera un asentimiento de Dafne.

[Alastair Cunha]

"Necesito algo de ayuda con" señaló la parte inferior de la camisa, donde el contraste de color con la mancha desgraciada se hacía más que evidente "ésto" concluyó, pasando la mirada de su propia camisa a su compañera Ravenclaw.
Puso su mejor expresión de lástima esperando poder obtener su compasión y, por default, su ayuda.

[Alastair Cunha]

Y porque Dafne está hecha de triunfo y probablemente escarcha también, la mancha desagradable que arruinaba su... no tan perfecto uniforme desapareció de inmediato. Sí, quizás había quedado algún rastro del desastre pero hasta quedaría bien considerando el resto de la apariencia de Alastair.
"Eres lo máximo" le dijo, haciendo 'pistolas' con las manos (puños cerrados con los dedos índice y pulgar extendidos hacia ella) mientras se acercaba a ella con los brazos abiertos. Un abrazo de agradecimiento en el cuál él también ganaba.

[Alastair Cunha]

¡Ganaban amor! ¿Acaso solamente enseñan el valor de estas cosas en Hufflepuff? Pucha, a esta escuela le hace falta poner énfasis en muchas cosas y bajar un poco el nivel académico antes de que todos se insensibilizen, que no estamos ni en el siglo XXI todavía.
Dio un apretoncito y soltó a Dafne, dándose media vuelta y corriendo hacia la puerta del baño. Ya estaba llegando tarde para la clase, ni hablar para la charla que tenía que tener con la profesora. Y bueno, la primera vez que se preocupa por estar presentable no se lo reconocen. Esta escuela y sus tontas prioridades.

[Alastair Cunha]

Pero era un sudor lleno de amor y cariño por el deporte, y lo estaba compartiendo con Dafne. Debe contar como algún tipo de cariño, estoy seguro. "¡Te llamaré!" agregó antes de pasar por la puerta mientras le hacía el gestito de auricular de teléfono al oído con la mano (ya sabes, puño cerrado cerca de la oreja con los dedos pulgar y meñique extendidos) para irse, corriendo como quien le hubiera gritado cornudo al Barón Sanguinario, hasta el salón de clases.