Newbie

[Josephine Harrington]

Jo resopló. Era su quinto intento de rehacer la trenza en su cabello. Esa mañana había salido perfecta de la habitación gracias a la ayuda de una de sus compañeras que la había peinado así, estaba intentando hacer las cosas bien ese año... pero no, su cabello no colaboraba, era como que después de tantos años sin el uso del peine ahora se negaba a ser domesticado. Era nueva en esto de ser señorita y preocuparse por su apariencia, y resultaba ser más difícil de lo que había pensado. O quizás tan incómodo como siempre lo imaginó.

Se mordió el labio inferior y decidió revolverse el pelo, totalmente frustrada. Saldría así al pasillo, y al que le guste bien, y al que no, también.

Quizás tuviera suerte y la primer persona que se cruzara fuera una chica (la boca de pato no, por Merlín!) que la ayudara a rehacer la trenza para que el cabello no quede todo ondulado y parado porque sí.

[Lizzie Holmes]

¡Concedido! La pequeña que entró a los baños dando saltitos y dejando un camino de barro tras de sí, había visto a su madre trenzarse el cabello tantas veces, que seguro lo haría de maravilla si se lo pedía. O quizá no. Lo más seguro era que no, pero quien podría hacer entender eso a la niña, si le preguntaban, diría que sabía.

En todo caso, no estaba aquí por eso. Venía a limpiar la evidencia de sus zapatos antes de que alguien preguntara quién había estado sin permiso en el invernadero y había derribado unas maceteras recién regadas.

Claro que el desastre había sido un accidente. Había oído el sonido de una serpiente venenosa y se había asustado. Pero al final, solo había sido una planta, aunque ella tenía la certeza de que sí era venenosa y mordía. De no ser porque no quería quedarse a comprobarlo, hubiera regresado la tierra a la maceta en lugar de salir de ahí gritando. Pero ahora, no iba a volver y meterse en un lío. No era culpa suya. Ella no iba por ahí dando problemas, sólo había retrocedido asustada. Pero ¿quién iba a creerle?

¡Y había una testigo en el baño al que había entrado! Con una expresión de miedo interrumpio su alegre entrada y se dio la vuelta de puntitas con la intención de escapar antes de ser vista.

[Josephine Harrington]

Era injusto, totalmente injusto que ella tuviera que pasar por esto solamente para 'verse bien'. Jo había inflado sus cachetes ahogando un suspiro antes de darse vuelta, así despeinada como si de repente le hubiera pegado mucho viento. Comenzó a caminar para retirarse del baño cuando vio una larga cabellera pelirroja moverse despacio delante de ella.

La miró sonriendo de costado, porque parecía que estaba huyendo en cámara lenta y la imagen de alguien tan pequeño (no que Jo fuera muy alta, pero bueno) creyendo que podía pasar desapercibida con ese cabello era bastante divertida... Además Lizzie estaba de suerte! Jo era la persona que necesitaba para ocultar toda evidencia.

"Hey..." la llamó acercándose a paso más apurado "te estás olvidando tu barro" le dijo para llamar su atención mientras la miraba divertida.

[Lizzie Holmes]

Su intento no había servido. Lamentándose de su mala suerte, se dió la vuelta y enfrentó a la chica que la llamaba. No parecía una acusona. De hecho tenía pinta de ser de esas chicas que no se precupan de pequeñeces como maceteras rotas o peinarse el cabello.

"¡No es mío!", gruñó, rodando los ojos. "Ya sé que estoy ensuciando todo. Pero... " Se interrumpió, espandada al descubrir semejante novedad.
"¡Estoy ensuciando todo! ¡Que tonta! Ahora sí van a atraparme. Y por algo que no hice a propósito. ¡Eso es tan injusto!"

[Josephine Harrington]

Alzó las cejas y cerró su boca, sonriendo totalmente divertida con la situación.

"No, claro, obvio que no es tuyo" respondió asintiendo con la cabeza, fingiendo seriedad.

La niña pelirroja terminó delatándose sola, lo que despertó la curiosidad y sobre todo la solidaridad de Jo, que comenzó a mirarla más interesada.

"¿Qué hiciste?" preguntó esta vez con una sonrisa más cómplice.

[Lizzie Holmes]

"Te lo contaré, pero promete no delatarme" sentenció la pelirroja.

Acto seguido, explicó su problema en seis palabras: "Tiré unas macetas en el invernadero."

Pero, no se detuvo ahí.
"No fue a propósito. No soy una destructora ni una traviesa", aseguró, muy digna. "Lo que pasa es que una planta me amenazó. ¡Este colegio es peligroso! Y bueno, yo me alejé de la planta, pero no vi las que estaban detrás de mí y las tiré. El problema es que creo que no debía estar en el invernadero."
Sí, sentía un poco de culpa.
"¡Pero es que había un insecto de este tamaño!" justiificó, separando sus manos como treinta centímetros para señalar la longitud del bicho. Quizá estuviera exagerando, pero por otro lado... es Hogwarts.

[Josephine Harrington]

Se acercó más a la chica, como para mantener el secreto, porque no, no pensaba delatarla. La pelirroja todavía no la conocía pero ella era Jo, la reina de los errores, las metidas de pata, etc nunca iba a delatar a una igual.

Mantuvo la sonrisa porque según la chica, la planta la había 'amenazado'

"Te amenazó..." repitió divertida "te dijo, el bicho gigante es mío! no te atrevas a tocarlo!" habló fuerte por lo que su voz retumbó un poco en el baño, antes de reír. "¿Como te llamas?" le preguntó mientras se ataba el cabello con la cinta roja que había sido el sostén de la trenza que traía antes. La niña le caía bien, así que había decidido ayudarla.

"Vamos a empezar por limpiar esto" dijo apoyando una mano en su cintura y buscando con la otra la varita.

[Lizzie Holmes]

A Lizzie le hizo tanta gracia la idea, que olvidó lo temible que le había parecido la planta y se rió con la Gryffindor. Aunque en ese lugar, capaz que las plantas hablaban también.

"Soy Lizzie", dijo la niña. "¿Y tú como te llamas?"

Al ver que la chica ofrecía ayudarle, y limpiar el rastro de lodo, se sintió muy aliviada. Y aunque se preguntaba como harían para limpiar lo bastante rápido, se hizo una idea cuando vio la varita. Claro, ¿por qué no? ¿Qué no se podía hacer con esa cosa 'mágica'? Lizzie empezaba a temer que de tanto ver magia iba a acostumbrarse y olvidar que debía analizar como funcionaba todo eso.

[Josephine Harrington]

La enana pelirroja le daba ternura, así que sonrió antes de presentarse.

"Josephine... pero puedes decirme Jo" le dijo extendiendo un puño cerrado para que la chica lo choque. Ella es así, algo bruta con sus movimientos. Que haya corregido un poco su apariencia no significa que no siga siendo la misma, pulir la forma de ser es mucho mas difícil.

Luego de la presentación, volvió la vista al suelo y flexionó una pierna, como descansando de estar parada "Bien... hay que limpiar la evidencia" dijo quitándose de la cara un mechón que había quedado fuera de la cola de su cabello "Fregotego" exclamó en voz más alta apuntando con su varita hacia el suelo. Miró expectante porque no estaba segura de haberlo dicho bien, lo cual no sería extraño en ella. Sintió alivió cuando el lodo comenzó a desaparecer y miró entusiasmada a Lizzie.

"Ahora... ¿qué hiciste con la maceta que tiraste?"

[Lizzie Holmes]

Lizzie, aunque pensaba que eso de chocar puños es cosa de niños, era toda una 'revolucionaria', así que no se lo pensó dos veces antes de completar el saludo con Jo.

Se puso muy atenta al movimiento de la muñeca de su nueva amiga, pero un instante después se distrajo al ver los resultados. Se encogió de la emoción.

"Fregotego" repitió después, intentando recordar como funcionaba aquel prodigio "freg-go-teg-go".

Una palabra, un movimiento de la varita. Y magia. Resultado: alguna cosa imposible. Y esta cosa imposible era muy útil. La palabra era sencilla. No podía recordar como era el movimiento.

"¡Ah, sí!", respondió al fin. "Se quedó en el sitio donde cayó. Si vas conmigo, la levantaré y eso. Es que me asusté. Si las serpientes que hacen ese ruido muerden... la planta también podría. ¿Verdad?"
Pero esta chica debía haber estado en los invernaderos cientos de veces. Ya le habrían enseñado como sobrevivir a las plantas venenosas.

"Jo... ¿Me enseñarías a hacer eso que hiciste? ¿Para quitar la evidencia?"
No es que estuviera planeando hacer algo así a primera hora mañana... pero esas cosas ocurren.

[Josephine Harrington]

Jo la miraba con ansiedad porque no tenía mucho tiempo antes de la siguiente clase, no quería llegar tarde en la primer semana... ahora tenía un hermano prefecto y comenzaba, de a poco, a tener consciencia de que ella podía hacerlo quedar mal. Odiaba que eso hubiera pasado, en sus planes el rubio perfecto amigo de Winston era prefecto, no su propio hermano! Entre el cabello peinado, el uniforme sin manchas y Winston prefecto sentía que había cambiado lugar con otra de las chicas durante el verano. Y no le gustaba.

Abrió grande los ojos cuando la chica le contó que la había dejado tirada.

"Rápido, tenemos que ir antes de que llegue la Profesora Sprout" le dijo tomándola de la mano a la niña para empezar a caminar rápido hacia el invernadero.

Giró a verla sorprendida cuando le pidió que le enseñe a hacer el fregotego... ni ella sabía cómo le había salido bien, Jo era bastante dura, tampoco estaba acostumbrada a explicarle nada a nadie, ni siquiera su hermana Diana que ahora estaba en segundo año le pedía ayuda.

"En el invernadero vamos a tener tiempo de practicarlo" algo le decía que también estaría lleno de tierra.

[Lizzie Holmes]

Pobre Josephine, realmente su situación era dura. Y Lizzie tan tranquila y feliz de robarle su tiempo.

Aunque estaba preocupada por la posibilidad de dar un disgusto a la profesora simpática, pronto puso a un lado esos sentimientos para deleitarse con la perspectiva de aprender un hechizo. Hasta el momento, sólo había aprendido lo básico en las clases en que se agitaban varitas, como diría el profesor que asustaba.

Sí, entendía el proceso, y planeaba entender como era posible todo eso. Pero sólo había hecho algún hechizo en encantamientos. Y en transformaciones no había tenido ningún progreso con el único ejercicio práctico.

Este funcionaría, sin duda. Así que asintiendo alegremente se dejó guiar por Jo.

[Josephine Harrington]

Jo la llevó corriendo, saltando los escalones de dos en dos porque no puede con tanta responsabilidad... en su cabeza sólo hay lugar para una por vez. Si ahora quería llegar temprano a clase, no podía también pensar en que podía lastimar a la chica haciéndola correr como si escaparan de Snape o de Roan.

"Vamos" le decía algo tentada de risa cuando ya estaban cerca de los invernaderos. Menos mal que no debían recorrer mucho terreno. De repente se frenó porque una de sus muy pocas luces de alerta le dijeron que la profesora podía estar cerca y que mejor era caminar despacio para ver por los cristales de las ventanas si no había nadie dentro.

Se apoyó contra una pared y con aire misterioso se llevó un dedo a los labios para hacerle 'ssshhh' a Lizzie y con otro brazo sostenerla contra la pared. Jo tomaba muy en serio el meter la pata.

[Lizzie Holmes]

Aunque no pudiera respirar, Lizzie estaba alegre.
Jo seguía sumando puntos al recorrer el castillo con tal energía. La gente grande siempre la seguía para decirle que no corriera. Así que contaría a Jo como niña también.


Se sorprendió mucho cuando Jo se detuvo. Avanzó un par de pasos antes de comprender, y retrocedió rápidamente para ponerse al lado de ella, con la espalda hacia la pared.

"¿Qué pasa?" preguntó, en un susurro.

[Josephine Harrington]

"Primero tenemos que ver que no haya nadie dentro" le explicó también susurrando y agachando levemente la cabeza. Jo era bajita así que no le llevaba muchos centímetros a Lizzie.

Alzó una mano haciéndole una seña para que esperar mientras ella adelantaba levemente para observar de costado si el invernadero estaba vacío. Comenzó a caminar lento como si estuviera pisando la luna y luego la llamó también en silencio a la niña, moviendo su mano.

A simple vista no estaba la profesora Sprout, pero tranquilamente podía estar escondida alimentando a alguna planta gigante. "Vamos" seguía hablando en susurros como si fuera una misión secreta y se adelantó para abrir la puerta.