Sin lugar a dudas

[Alastair Cunha]

El único problema de Alastair era que ella no le iba a permitir terminar el asunto. De lo contrario, dudo que tenga algún problema con... algo. Él es bastante liberal con esas cosas.
Las manos quedaron ambas en el pecho de Caroline, lugar que le pareció más adecuado que el sur, pero cambiaba de opinión bastante seguido. Exhaló por la nariz, y movió ambas manos en pequeños círculos haciendo presión con las palmas, porque eso era lo suyo cuando había ropa de por medio.

[Caroline Rensselaer]

De acuerdo, buen punto. Y la ropa continuaría presente porque, ¡es cierto! Siguen en un baño de la escuela. Nada de trasladores a otro lado para parejas hormonales.
El movimiento de sus manos la distrajo de lo que estaba haciendo. Abrió los ojos y se quedó muy quieta. Alastair estaba en una de las áreas que delatarían a Caroline sin que ella pudiera evitarlo. Es decir, hum, que ahí habría reacción involuntaria ante el estímulo.

[Alastair Cunha]

Bueno, ya era hora, ¿no? No era muy gracioso ser el único con inevitables respuestas físicas imposibles de esconderle al otro. El universo se balanceaba de forma injusta, igual, pero agradezco el esfuerzo.
Alzó la vista hacia el rostro de Caroline, pensando que quizás no le gustaba -Le re gusta- asumió, plantándole besos en el cuello y subiendo hasta el rostro, porque puede.

[Caroline Rensselaer]

Oh, vamos, ni que él se esforzara tanto para ocultarle esas respuestas físicas inevitables. Y que le gustaba era decir poco, aunque es verdad que su cuerpo respondía positivamente con más entusiasmo que se cerebro. Estaba lejos de tener miedo por lo que sucedería si a alguien se le ocurriera entrar al baño; lo que estaba pensando era que había fallado estrepitosamente en su determinación de mantenerse apartada de Alastair. Es decir... apartada era lo opuesto a lo que estaba en ese momento, aprovechando que él le estaba besando el rostro para tratar de atraparle los labios.

Fracasar por culpa de un hufflepuff apestaba.

[Alastair Cunha]

Si eso era fracasar, tenían que avisarle ya a Alastair, porque él pensaba que eso del fracaso era algo que no le gustaba. Aparentemente había todo un hermoso mundo de fracasados que él desconocía. Por ahí alguien se había equivocado a la hora de organizar el diccionario.
Quería manosear más y mejor la delantera de Caroline, pero sabía que todos los caminos lo iban a dejar solo y la verdad era que esa no era su forma favorita de acabar (no pun intended) con este tipo de situaciones. Tampoco es que iba a dejar de disfrutarlo por eso, y quién sabe, quizás algún día Caroline aflojaba y aceptaba todo el amor que Alastair tenía para ofrecer.

[Caroline Rensselaer]

Claro, y quizá algún día los sangre sucia dominen el mundo, todo es posible.
Y si él dejara de disfrutar lo que estaban haciendo, sería genial. O no. Lo que es seguro es que metería a Caroline en otro de sus conflictos existenciales, ¿celebrar o no que el hufflepuff al que odiaba pero deseaba no quisiera tener más sesiones hormonales con ella? La vida es cruel.
El movimiento frenético de sus labios continuó, y levantó los brazos para rodearle el cuello. Que él se sienta libre de detenerla cuando quiera, por favor.

[Alastair Cunha]

Claro, vamos a estar informándote cuando a Alastair le deje de gustar el faje con las chicas, no hace falta que te quedes despierta toda la noche esperando noticias, te prometemos que vas a enterarte primero.
Movió una de las piernas para colocarla por detrás de una de las de ella, para empujarla y atraparla contra su mitad inferior. Yo creo que la responsabilidad de ponerle una pausa a esto está en la puerta del cubículo donde estaban apoyados, y no tengo planes en el futuro de integrarla a la ecuación.

[Caroline Rensselaer]

No quiero comenzar a imaginar los motivos de esa puerta cerrada, en realidad.
Ah, ¡hola! Suerte que podía trabajar con su lengua en el interior de la boca de Alastair y plantearse cómo se sentía respecto a esa cercanía con la zona sur al mismo tiempo. Y lo cierto es que se sentía muy bien, así que no hizo nada para soltarse o retroceder. Y como sé que él disfruta con la violencia, voy a ser un poco generosa y decir que Caroline le tomó un mechón de cabello y tiró de él. Con fuerza.

[Alastair Cunha]

Oh yeah, baby. De todas las cosas que Caroline podría haber hecho, eso fue como... no sé, inesperadamente maravilloso. Así como cuando te acabas de ganar un automóvil 0km (una situación disfrutable) y cuando te subes, te das cuenta que venían tres rubias pechugonas bisexuales dentro. Era mejorar lo inmejorable.
Alastair sonrió en el beso y la apretó fuerte contra sí, dándole un apretoncito con las manos donde las tenía, tratando de no hacerle daño. Pero ella podía hacerle todo el daño que quisiera, ¿eh? Que aproveche.

[Caroline Rensselaer]

((... Sí, bueno, seguro que te imaginas la clase de comentario que iba aquí. No se me ocurre alguna manera original de comunicártelo XD))

Lo que Alastair no sabe es que la siguiente muestra de violencia va a ser un rodillazo en la entrepierna, a mi modo de ver la manera más efectiva que ella va a encontrar para interrumpir el asunto y quitarle a él la inspiración. De raíz. Y, por cierto, se aprecia que él trate de no hacerle daño, porque parece que ella sólo disfruta el que es de tipo psicológico (y auto-infligido), no el físico.
Aflojó la fuerza con la que le tomaba el cabello, aunque no lo soltó.

[Alastair Cunha]

((No, no sé. Déjame adivinar: ¿querías comunicarme que me amas? No te preocupes, Liney, yo también))

Todo bien, es bueno saber que los dos son masoquistas en diferentes formas, y que por eso seguramente encajan tan bien. Que Caroline colabore de la forma que mejor le parezca, porque él es así de genial.
Movió la cabeza como para forzar otro tirón, aunque obviamente mucho más suave. Bajó una de las manos hasta el estómago de ella, sin saber si bajar o dar la vuelta e irse por la espalda. ¡Tantos lugares para explorar y ninguno lo dejaba donde quería!

[Caroline Rensselaer]

¿Cómo, exactamente, es que encajan tan bien? Si Alastair siente que cuando trata de hablar con ella es como querer discutir con la máquina que se tragó sus monedas, y Caroline prefiere que él se quede con la boca cerrada (excepto cuando es ella quien se la abre, por supuesto).
Separó los labios de él bruscamente, jalando el aire suficiente para poder hablar. "Entra en uno de los cubículos" ordenó. O sugirió, o pidió, o rogó, no estoy segura. Tampoco creo que ella tenga idea.

[Alastair Cunha]

Sus bocas encajan bastante bien, al igual que las manos con las diferentes partes del cuerpo. Hay dos órganos que todavía no checkeamos, pero hay tiempo. Hasta ahora, todo va encajando perfecto.
Alastair se lo tomó como una orden y le tomó la cintura con ambas manos mientras se deslizaba contra la puerta del cubículo cerrado hasta el de al lado, cuya puerta estaba entreabierta. Se dejó caer hacia atrás para arrastrarla a ella consigo, esperando golpearse contra algo y contra ella, porque no le importan esas cosas.

[Caroline Rensselaer]

Ya sabía yo que no tenía que preguntar.
Está todo perfecto mientras sea Alastair el que se golpee, funcionando como un colchón perfectamente bien construido para ella. Dentro del cubículo le soltó el cuello para poder cerrar la puerta tras de sí, y gracias Merlín, porque así ganaba tranquilidad mental, que no era la primera de sus preocupaciones en aquel momento, ni mucho menos, pero sí, prefería estar segura de que si alguien entraba al baño, ellos fajando no sería lo primero que esa persona vería. Después se apoyó contra la puerta y lo jaló de la corbata para atraerlo.

[Alastair Cunha]

Si Caroline estaba compensando por esos días en los que lo había ignorado olímpicamente, Alastair estaba a favor de que ignorara su existencia un buen par de semanas si ese era el premio consuelo.
Se apegó contra ella, aprovechando para buscar meter una pierna entre las de ellas, flexionando un poco las rodillas mientras le buscaba la boca con la propia. ¿Va a tirar fuerte de esa corbata o tengo que rogar?