El asiento libre

[Cecile Greengrass]

((Viernes 15 de Mayo 1992. 5pm))

El martes de esa semana, Cecile tuvo que saltarse su clase del segundo periodo para desencantar un aula por una tormenta de arena. Al parecer, el profesor Flitwick no estaba disponible para hacerlo y ella fue la primera persona que vieron que estaba 'disponible'. Saltarse Historia no era el fin del mundo, pero iba a tener que recuperarla en otro momento porque, si quería una carrera en política, necesitaba ese NEWT.

Su mejor opción era el viernes en el quinto período, que era cuando normalmente estudiaba. Como no estaba acostumbrada a ese trayecto, llegó justo a tiempo para la clase cuando normalmente llegaba antes para sentarse adelante. Una vez en el aula, notó que todos estaban en sus lugares, hablando en voz alta. Se acercó al Profesor Binns que no parecía importarle que estuviese o no en su clase y le dijo que sentara donde estuviese disponible. Al voltearse y dar un barrido por la sala quiso que una tormenta de arena se la tragara cuando vio el único espacio libre.

[Dion Thornhill]

Historia de la magia era una de esas clases que tomaba con el explícito deseo de entender algo, de desafiarse y obligarse a que le fuera bien. Cada clase era una lucha por no dormirse, así que a esa altura, en séptimo año y a meses de egresar, era casi que cuestión de orgullo. No que Dion tuviera mucho de eso, pero definitivamente se lo tomaba un poco más en serio que un juego.
Sacó el libro, ya sabiendo qué capítulo iba a leer el profesor (porque era tremendamente predecible) y luego miró al frente. Cecile.
...Momento, ¿Cecile?
Dion miró alrededor, al resto del salón, porque su primer instinto era pensar que él se había equivocado de día y horario.

[Cecile Greengrass]

Después de hacer contacto visual (que se le hacía raro porque llevaba meses evitándolo), volvió la cabeza hacia el profesor, no supo para qué, no es que iba a aparecer otra mesa para que ella estuviese sola. Tampoco tuvo oportunidad de decir nada porque en cuanto abrió la boca, el profesor empezó a hablar sobre lo que vieron en la clase pasada. Cecile la cerró y caminó hacia la mesa de Dion, con cara de que podía matar a alguien. Que técnicamente podía, ya le habían dado suficientes conocimientos para matar y torturar a personas de muchas maneras.

Se sentó sin decir nada, colocando su bolso en el suelo y sacando el libro, un rollo de pergamino y el set de escritura. Quizá si miraba hacia adelante todo el rato podría volver a fingir que no existía.

[Dion Thornhill]

No, aparentemente Dion estaba en la clase correcta, al menos todos sus compañeros eran los mismos de sus clases usuales. La única diferencia era Cecile, sentada en el asiento vacío. Obviamente le daba curiosidad saber porqué estaba allí, y de no haber tenido meses de silencio con la chica que fue su compañera de estudios durante tanto tiempo seguramente hubiera arriesgado una pregunta curiosa.
Dejó de mirar hacia el asiento libre cuando ella lo ocupó, bajando la vista a su pergamino donde iba a tomar notas. La pluma que tenía entre los dedos era la que Cecile le había dado dos Navidades atrás, después de que él había halagado lo bien que funcionaba cuando trabajaron juntos por primera vez.

[Cecile Greengrass]

Cecile se concentró, casi de manera compulsiva, en ubicar todos sus instrumentos de escritura en lugares específicos sobre la mesa, más hacia su lado, de forma que no pudiera chocar de ninguna forma con Dion. Al desenrollarlo, el pergamino se quedó abierto. Hundió su pluma (que era de la misma marca que la que le había regalado a Dion pero más nueva) en la tinta, apoyando la mano sobre el papel, como si el profesor ya estuviera diciendo algo sumamente relevante como para tomar nota y no estuviese recapitulando, con mucha lentitud, lo que llevan estudiado hasta ahora.

No se percató en la pluma, ni si la miraba, ni si se había cortado el pelo desde la última vez que le vio bien. No quería que todo el esfuerzo que había hecho para mantenerse estable se fuese al caño por cuarenta y cinco minutos de clase. Podía soportarlo, tenía que hacerlo.

[Dion Thornhill]

Miró al frente, sintiéndose incómodo. No entendía por completo porqué se sentía incómodo, ¿cuántas veces había estado en clase, sentado cerca de Cecile? Un montón. Pero la forma en la que habían dejado de hablarse había sido tan repentina e inesperada (para él, al menos) que no podía evitar sentir una capa de incomodidad y curiosidad permeándolo todo.
Dejó la pluma en el tintero, respirando profundo por la nariz. ¿Quizás había pasado la suficiente cantidad de tiempo como para que pudieran explicarse las cosas con más calma? Exhaló. Ciertamente no en clase, ¿verdad?

[Cecile Greengrass]

Si dejabas a Cecile elegir, ni en clase ni fuera, pero desde hace poco supo que las cosas no siempre salen como ella quiere.

Suerte que su pluma super costosa no dejaba que la tinta se cayera al papel sin importar que la dejes suspendida por un largo tiempo, porque eso fue justo lo que pasó: se preparó para escribir pero no había nada que poner, el profesor seguía repasando la clase anterior, y aunque hubiese dicho algo relevante, Cecile igual no lo captaría porque notó el movimiento de Dion en su visión periférica. Su cuerpo se tensó y empezó respirar con lentitud. Cuarenta y cinco minutos se pasan rápido, ¿no?

[Dion Thornhill]

Séptimo año era el segundo año más importante para tomar clases, según él. Quinto año ganaba, porque ahí estaba calibrando para qué lado enfocar sus esfuerzos de los siguientes dos años, pero séptimo era su última oportunidad de definir lo que quería hacer académicamente. Y, lamentablemente, séptimo año había sido el más complicado en el castillo. Le estaba costando concentrarse, dedicarle más tiempo al estudio, definir prioridades, pero estaba en las nubes. Era, al mismo tiempo, el mejor año de su vida. No tenía nada de qué quejarse.
Miró al frente, pero su mente estaba en otro lado. Sería bueno poder hacer las paces con Cecile, aunque sea para saber que estaba todo bien entre ellos. Quizás tendrían que cruzarse en el futuro, como adultos responsables, y estaría bueno no tener ningún pendiente. Tomó la pluma y comenzó a escribir algo a lo largo del pergamino, en el borde.

[Cecile Greengrass]

Empezó a sentir un dolor punzante en la parte baja de uno de sus omóplatos, signo que estaba en una mala posición y tiesa como una tabla. Dejó la pluma en el tintero, porque ya se sentía ridícula de sostenerla y apoyó las manos abiertas en el borde del escritorio, luego echó los hombros hacia atrás para estirar la espalda. En ese movimiento, sin pensarlo, miró de reojo a Dion que parecía que estaba ¿escribiendo?
Volvió a la posición anterior y agarró su pluma, mirando al profesor. Esperaba no haberse perdido de nada por no prestar atención dos segundos.

[Dion Thornhill]

Finalizó de escribir, eran solamente dos palabras. Como tenía apoyado el brazo podía ocultar lo que había escrito con relativa facilidad, por si llegaba a ser necesario. Dudaba que justo en esta clase, con el profesor menos interactivo del castillo, fuera a ser un problema. Pero había que prevenir, por las dudas, porque eso trae paz mental.
Dejó apenas levantado el antebrazo sobre el pupitre y movió lentamente el pergamino por debajo, para que solamente se viera, del lado donde estaba Cecile, el borde del papel. Ahí podía leer un 'Hello, Cecile' que absolutamente no robó del hit cinematográfico muggle del año pasado, Silence of the Lambs.

[Cecile Greengrass]

El profesor estaba cerrando (o eso pensaba) el tema de la historia de San Mungo. Estuvo a punto de apoyar la pluma para anotar unas fechas que estaba diciendo pero recordó que todo eso ya lo tenía escrito. Su mente se fue hacia su habitación, ubicando en el espacio exactamente dónde tenía sus notas.
Se echó hacia adelante en el asiento para echarle un vistazo al libro, porque si no se equivocaba lo siguiente era la historia de Azkaban y quería comprobar que tenía razón. Haciendo ese movimiento, vio por el rabillo del ojo que Dion se movía, lo que volvió a ponerla en tensión porque estaba enfocando todo su ser en hacer que él no estaba allí, que no existía.
Pestañeó, cerrando los ojos un poco más tiempo de lo normal y se enfocó en pasar las páginas del libro. En algún momento llegaría al tema, no tenía prisa.

[Dion Thornhill]

Dion miró de reojo a Cecile, que le parecía tan rígida y dedicada a los estudios como siempre. Volvió la vista al frente, apoyando el brazo y cuidando de que, si ella miraba hacia su pupitre, podría ver el saludo.
Se preguntó qué hacer. Ciertamente no valía la pena distraerla solamente para que leyera el saludo, especialmente si Cecile todavía estaba enojada con él por... lo que sea que había hecho. Esperaría. Intentó concentrarse en la clase, en escuchar lo que decía el profesor, pero no podía evitar preguntarse qué era exactamente lo que había hecho para ofender a Cecile como para dejar de hablarle. Pasó la parte suave de la pluma por su mentón, pensativo.

[Cecile Greengrass]

La voz del profesor Binns se volvió un ruido de fondo, como el del gran comedor en el desayuno cuando todos hablan pero estás demasiado dormido como para escuchar o el de un cuarteto de cuerdas en un restaurante elegante. Un zumbido a lo lejos.
A ojos de Dion, Cecile estaba pasando las páginas, muy concentrada, cuando en realidad era incapaz de procesar las palabras que leía. Bien pudo haber llegado al tema y no se había enterado. Su mente estaba atacando a su ex compañero de estudios: ¿por qué tenía que ser el único sin pareja en esa clase? ¿Cómo es que su noviecita no estaba ahí? Pensándolo bien, mejor que no estuviese allí. Le costaba horrores mantener el tipo cuando, de pasada, los veía juntos.
Soltó aire por la nariz con fuerza. Tenía que seguir aparentando, de eso siempre se trató.

[Dion Thornhill]

Intentó recordar los días previos al enfrentamiento en la biblioteca, pero tampoco recordaba bien qué podría haber ocurrido. Muchos eventos eran un blur, todos nebulosos y confusos entre las vacaciones de invierno, Halloween, el comienzo de clases, todo era muy raro y distante ahora.
Volvió a mirar a Cecile de reojo. De verdad lamentaba haberla perdido como compañera de estudios. Había aprendido un montón con ella, no solamente sobre las materias, si no también sobre cómo estudiar. Había sido una parcería muy útil. Perdón si se le quedó mirando demasiado.

[Cecile Greengrass]

Pero lo que más le dolía, además del hecho en sí, era el poco esfuerzo que había hecho Dion por reconectar con ella, haciendo obvia la insignificancia de su relación. No es que hubiese estado abierta a reconciliarse, pero hubiese apreciado el gesto. Solo una oportunidad de rechazarlo para ella no sentirse tan idiota. Porque cuando le das tanta importancia a alguien que solo te usó, eres un idiota.

Pensar en eso le hizo enfurecer al punto que empezó a pasar las páginas con fuerza, de la forma en la que, si Eli estuviese allí, le llamaría la atención porque iba a romper el libro. Quizá lo hiciera, y lo repararía y lo volvería a romper. Estaba en ese plan.