Por fin es viernes

[Dion Thornhill]

Asintió con la cabeza mientras escuchaba la evolución de los planes de Joss. "Cenar suena bien" hizo el comentario más innecesario del universo. "¿Cenar y dormir, entonces?" quiso saber, porque... bueno, porque quería saber hasta dónde podía entrometerse en sus planes de viernes por la noche en un colegio internado.

[Joss Brackenbury]

"¿Suena muy aburrido?" preguntó, auténticamente curiosa. En su defensa, ese era el mejor plan posible para ella sola, no era el plan que propondría para ellos dos, aunque sí, estar en un internado limita considerablemente las opciones. Pero dudo muchísimo que montones de adolescentes se conformen con cenar e ir a dormir cada viernes por la noche. Estoy segura de que se organizan pijamadas en las salas comunes, como mínimo. Si es necesario drogar y amordazar... uh, sobornar... dejar KO a los prefectos, no faltarán los valientes en cualquier casa.

[Dion Thornhill]

Yo escuché una historia, que no sé si es verdad, de una chica de Gryffindor que se metió a las habitaciones de los varones para hablar con un amigo a mitad de la noche. Quizás es un rumor, pero ¿no sería cool eso, que puedan visitarse? Y ni hablar de organizar pijamadas en la sala común, algo de diversión deberían permitirles.
"No, suena absolutamente normal" contestó. "Yo haría lo mismo" agregó, aunque no estaba seguro de que eligiera dormir con tanta facilidad.

[Joss Brackenbury]

Una leyenda urbana, en mi opinión, igual que la de la bruja que piensa que es su kneazle lamiéndole la mano que le cuelga de la cama cuando en realidad es un asesino en serie escondido debajo de ésta.

Apreció la respuesta de Dion, aunque apostaría que pocas personas le dirían que sí consideraban el plan aburrido, por pura amabilidad. Para no enviarlos a caminar por siempre, voy a escribir que ya estaban a un par de metros de la mesa donde los esperaban sus pertenencias.

[Dion Thornhill]

No había escuchado esa leyenda urbana, igual ya la imaginé como posible scenario kinky también. Todo se adapta y se recicla.
"¿Vas a ir a la sala antes de cenar, o vas directo para ahorrar el viaje?" preguntó. No es que estuviera súper interesado en el itinerario de Joss en sí, más bien estaba viendo hasta dónde podía meterse en sus planes del día. ¿Ir a la sala? Quizás. ¿Ir a cenar? Tal vez. ¿Ir a dormir?

[Joss Brackenbury]

Como no podía ir a dormir antes de cenar, y ya quedó establecido que tiene hambre, veo sólo dos posibles respuestas. "Me parece que voy a la sala primero, porque no me apetece llevar los libros al Gran Salón". Y después de cenar le iba a dar mucha más flojera tener que cargar todo hasta su habitación.
Oh, el detalle con la historia legendaria de esa Gryffindor que fue a despertar a su mejor amigo en su cama es que las chicas sí pueden entrar a los dormitorios de los chicos, pero ellos no pueden entrar a los de ellas. Entonces no, Dion no puede ir a hacer una visita social super casual a la cama de Joss.

[Dion Thornhill]

Dion agarró su bolso y acomodó los libros de fotografía dentro. Ya los sacaría cuando llegara a hablar con la bibliotecaria, necesitaba las manos libres por si acaso.
"¿Quieres que los tenga por ti, y te los devuelvo en la sala después de cenar?" ofreció. Si Joss estaba cansada, seguramente ir y volver de la sala común solamente para dejar libros no sonaba muy entretenido.

[Joss Brackenbury]

¿Está Dion reivindicándose después de que le mandaste un montón de palazos por no ofrecerse a cargar las cosas de Joss? ¿O le está secuestrando los libros para que ella no tenga más opción que volver a hablar con él después de cenar a fin de recuperarlos?
Analizó el ofrecimiento. "¿Estás seguro?". No era que no confiara en la capacidad de él para cargar todos los libros, pero sentía la obligación moral de hacerlo reconsiderar, porque su espalda no se lo agradecería. Ella sí, si sirve de algo.

[Dion Thornhill]

Una sanguijuela podía hacer sacrificios para pasar más tiempo pegado al cuerpo que le daba de comer, Dion podía ofrecerse a cargar los libros de Joss para quizás poder pasar más tiempo con ella en el Gran Salón sin que se le muera de sueño.
"Sí, ¿cuántos libros vas a sacar, tres?" ya no recuerdo bien: el de aritmancia que van a compartir, el otro para una clase, y el de pociones/revelado, ¿no? "No pasa nada" le aseguró. Más le vale al señor brazos de fideos no quejarse después de haber tenido que cargar cinco libros más de lo usual.

[Joss Brackenbury]

"Sí, son tres" contestó, porque es exactamente como lo recordaste. Igual asumía que no tenía que entregárselos hasta salir de la biblioteca, porque primero debía que retirarlos a su nombre. En cualquier caso, Joss recuperó su propia mochila, sin abrirla porque tomó los tres libros con ambas manos. Lo siento, no le llegó el memo de que necesitaba dejar al menos una libre.

[Dion Thornhill]

Bueno, Dion tenía sus dos manos libres, supongo que va a sostener su propia mano hasta que una de las de Joss esté disponible.
La observó mientras se colgaba el bolso cruzado sobre el torso, descansando la correa en su hombro. Miró la pila de libros que cargaba. "¿Qué te gustaría cenar hoy?" curioseó. "Lo pregunto así como si fuera yo el que va a cocinar" dijo en voz más baja, como regañándose.

[Joss Brackenbury]

Giró la cabeza para mirarlo con curiosidad. "¿Me preguntas en serio o en el caso hipotético de que tú pudieras prepararme la cena?" cuestionó. Porque sus respuestas serían distintas. En el futuro echará de menos la naturalidad y desenfado con el que podía decir ese tipo de cosas, cero vergüenza porque era un simple intercambio de palabras con probablemente el mejor amigo que tenía en el colegio.

[Dion Thornhill]

Dion soltó una breve risa. "Ahora quiero saber en caso de que pudiera prepararte la cena yo mismo" contestó, aunque no había sido su intención original. Tendría que aprender a cocinar antes, claro, pero ¿que mejor inspiración que tener a la persona para la que quería cocinar pidiendo algo específico?

[Joss Brackenbury]

Miró al frente, pensando aunque ya sabía más o menos lo que quería pedir en este escenario imaginario en el que por razones, Dion estaba a cargo de preparar su cena. "Quiero pasta. Rotini con salsa marinara, vegetales asados, queso y tomates cherry" 'ordenó'. "Camarones opcionales" añadió. Se demoró más o menos cuatro segundos en arrepentirse, porque ahora podía sentir que se le hacía agua la boca. Y si no se iba con cuidado, el estómago le iba a gruñir.

Asumo que ya están caminando hacia la bibliotecaria.

[Dion Thornhill]

Dion no tenía idea de que era 'rotini', así que mientras asumía que el resto de la receta sonaba más o menos posible (especialmente si Joss no se enojaba si la salsa salía de una lata, botella o bolsa plástica muggle) era un gran problema no saber qué era el ingrediente principal.

"¿Cómo es la pasta rotini, y por qué esa en particular?" preguntó. Asumamos que ya podemos ver a la bibliotecaria unos metros más adelante, toda dispuesta a dejarnos retirar cinco libros.