ESV: [BOMBÓN]

[Mia Smethwyck]

((Lo de Bombón me hace pensar en las Bandana y en esta canción re cursi y vieja))

Le dio un sorbo al té mientras Michael pensaba su respuesta, intentando tragar también su ansiedad. No entendía por qué Lulelen se tomaba eso tan casual. Su primera opción era que claramente ella no le movía un pelo, lo que le parecía un error del universo. ¿Cómo podía ser que él, que le parecía un nabo, le gustara pero no ocurriera lo mismo al revés? Al saber que él también participado ya no supo qué pensar.

Entreabrió los labios dejando la taza nuevamente en la mesa y decidiendo decir la verdad ella también "Sí, también" antes de volver a mirarlo se acomodó el cabello detrás de la oreja y soltó otra pregunta "¿Esperabas otro resultado?" Y dándose cuenta que quizás sonaba algo agresivo o entrometido corrigió "Quiero decir, ¿te molesta... esto?" Si él creía que su cita era una casualidad era mejor para Mia, le quitaba algo de peso de encima, por más que ella supiera que había sido la responsable.

[Michael Llewellyn]

((Pobres Bandana, siento que en ese video usaron la media hora que les sobró del alquiler en las lanchitas a Rombai en Locuras Contigo))

"Claro que no me molesta" dijo un poco apresurado, como para dejar al menos eso en claro antes de que ambos regresaran al vórtice de malentendidos en el que inevitablemente caían cada vez que socializaban.

"De todos modos no estoy seguro de qué se supone que significa esto, ¿sabes?" preguntó. ¿Cupido pensaba que harían buena pareja? ¿Que eran compatibles? ¿Que se podrían llevar bien? ¿Que se gustaban mutuamente? Bien podría ser que, de entre los que tiraron una piedra, eran los únicos que no eran completos extraños. No sabía la dinámica de esa cita, y estaba seguro de que a Mia no le gustaba Michael. Una cita a ciegas no iba a cambiar lo que él sospechaba desde hacía años, especialmente cuarto: ella lo detestaba.

[Mia Smethwyck]

((JAJAJAJ llegaron tarde a los videos de ese estilo, si no fue el barquito de Locuras Contigo fue el de Yo te propongo))

Lo miró y sus labios amagaron a sonreír al saber que no le molestaba que fuera ella la que se había encontrado en la cita a ciegas. Era una suerte que estuviera tan acostumbrada a mirarlo con mala onda que pudo mantenerse seria, escuchándolo. Mia de verdad estaba haciendo su mejor esfuerzo, uno real, por no caer en mal interpretar todo lo que él decía y terminar peleando o enojada como siempre. Se enderezó, apoyándose en el respaldo de la silla.

"¿Qué significa una cita?" preguntó entonces, queriendo entender a qué se refería Lubelen "¿O qué cosa?" por un momento temió que él se preguntara qué significaba que habían terminado allí, que sospechara que ella lo había invitado cuando, precisamente, desde hacía años se había encargado de dejarle en claro que le caía mal y que la exasperaba.

[Michael Llewellyn]

((¡Cierto! Cuando estaba la bella Camila y ya no filmaban videos con el celu... Extraño la República Oriental))

Apoyó las manos a cada lado de su taza y la miró, pensativo, como tratando de entenderse a sí mismo antes de hablar. Con Mia siempre intentaba hablar con cautela, aunque muchas veces no sirviera de nada.

"Claro, qué tipo de cita es esta. Qué es exactamente lo que..." alejó la vista de ella, posándola momentáneamente en la taza de té. "Deberíamos hacer. En una cita. O lo que sea" dijo. Definitivamente no estaba siendo muy claro, pero tampoco lograba entender sus dudas. No sabía si estaban ahí porque encajaban en plan romántico, o si era otra cosa. Porque Mia lo detestaba, eso sabía, entonces... ¿qué era eso?

[Mia Smethwyck]

((del Uru-why))

Mia tampoco tenía idea de qué se hacía en una cita, salvo por lo que había leído en la Corazón de Bruja y chusmeado del otro lado de la ventana de Madame Tudipie... pero ninguna de esas cosas ridículas y cursis la hacían sentir cómoda y menos con Lulebin. En el colegio. Malísimo. Pero no iba a admitir su falta de experiencia total en el tema y prefirió centrarse en lo que Michael decía, después de darle un pequeño sorbo al té.

"¿Qué tipos de cita hay?" quiso saber, porque para ella sólo existía una. La romántica. cuando dos personas se gustaban y querían conocerse mejor... pero quizás Michael sabía más que ella de esto y encontraba otra explicación, algo en lo que los dos se sintieran más cómodos. San Valentín también era el día de la amistad, además del amor, pero aunque ella en algún momento sí lo había querido, él medio que le había dejado claro que tampoco eran amigos.

[Michael Llewellyn]

Apoyó la yema de los dedos contra la porcelana de la taza, como queriendo adivinar si estaba demasiado caliente. Ya debería estar acostumbrado, a estas alturas y con tanta magia, a que las bebidas siempre estaban a una temperatura aceptable para ser bebidas de inmediato. Pobres elfos, que hasta calentaban el agua para el té a la perfección. Casi casi mejores que las pavas que preparan agua para el mate.

"No sé, la del médico" dijo, antes de soltar una risa breve. Una de esas risas que dejan en claro que, aunque sí se está riendo porque le parece gracioso, sabe que acaba de decir una estupidez digna de perder la capacidad de ser tomado en serio. "Lo siento, no lo sé" intentó corregirse, alzando los hombros y mirándola con una sonrisa.

[Mia Smethwyck]

Lulein estaba tentando a la suerte haciendo esos chistes dignos de Gastón. Mia contuvo las ganas de rodar los ojos y sólo se mordió el labio inferior, reprimiendo el pensamiento que le pedía decirle 'qué tonto' o algo así. No, si era una cita de verdad no debía tratarlo mal como cuando decía alguna estupidez como esa en el pasillo o en una clase. Eso le hizo dar cuenta de que también debían coincidir en algo para saber qué tipo de cita era esa o qué se debía hacer.

"Luleben, ¿para tí esta es una cita de verdad?" le preguntó entonces sin mucha vuelta y sí, diciendo mal su apellido por vez un millón.

[Michael Llewellyn]

Ouch, ¿cómo sobrevivir una vez que te comparan con Gastón? ¿Cómo seguir con la vida así, temiendo que haya sido solamente el primer paso en una metamorfosis inevitable de sudor, vello corporal y aventuras eróticas en el espacio de trabajo ajeno?

-Llewellyn...- corrigió mentalmente pero no dijo nada, como siempre. La pregunta de Mia lo tomó por sorpresa. Su primer instinto era decir que no: en una cita de verdad la hubiera invitado de frente. "Es una cita a ciegas de verdad" dijo. "Yo sé que no te caigo bien, y que no te gusto de ese modo, pero... es una cita" finalizó.

[Mia Smethwyck]

Mientras no empezara a quedarse pelado y tuviera un deseo irrefrenable de almorzar sandwich de milanesa todos los días hasta taponársele una arteria, Michael iba a estar bien.

Entreabrió la boca, como soltando un 'aaah' mudo al confirmar que era una cita de verdad, a ciegas, sí, pero de verdad como para tener que comportarse y no bardearlo. La declaración de él, tan seguro de que ella no gustaba de él, debió quitarle presión de encima pero sólo sintió una especie de vacío en el estómago. Si él estaba tan seguro de eso, significaba que ni se había fijado en ella de otra forma. "Ah, ya..." soltó bajando la mirada hacia la taza. ¿Por qué siempre le pasaba lo mismo con él hasta cuando estaba intentando ser amable? Por primera vez entendía que la culpa no era de Lulebin, que él no la estaba haciendo sentir mal a propósito, que simplemente había como una barrera entre ellos, algo que hacía imposible comunicarse y entenderse.

"Si yo tampoco te caigo bien y no te gusto de ese modo, ¿no dejaría de ser una cita?" preguntó entonces sin pensarlo demasiado por la molestia que sentía.

[Michael Llewellyn]

Ladeó la cabeza, como si las palabras de ella hubieran sido un misil dirigido a su rostro que evadió con ese movimiento rápido y expresión confusa.

"¿Quién te dijo que no me caes bien?" preguntó con sinceridad. Obviamente estaba dejando de lado mencionar lo otro, pero le parecía importante que ella estuviera al tanto de que él no sentía animosidad. Solamente que, como esa barrera invisible, siempre la veía interesada en otros chicos. Y que, incluso cuando hablaban en buen plan ya sea como prefectos o compañeros, estaban tan plagados por malentendidos que las conversaciones siempre resultaban tensas. Pero a Michael le sorprendió saber que ella pensaba que a él no le caía bien.

[Mia Smethwyck]

Mia sintió el impulso de devolverle le pregunta pero reformulándola a '¿quién te dijo que no me gustas?' pero se mordió la lengua, arrepintiéndose y sabiéndose cobarde para lanzarle algo así. Prefirió ganar tiempo con la respuesta corporal más infantil que se le ocurrió, alzando los hombros y bajando la mirada.

"Nadie, lo supongo nada más" respondió primero "No sé, como yo te dije en cuarto año que me caías mal, supongo que luego te pasó lo mismo a ti ¿no?" ella lo hubiera odiado si las cosas hubieran sido al revés "Y cuando intentamos ser amigos como con el resto de los chicos creo recordar que no quisiste" y si sonó como un reproche es porque lo era.

[Michael Llewellyn]

Suspiró. Entendía que era importante, necesario incluso, hablar las cosas para que todo estuviera en claro y tratar de minimizar los malentendidos entre ellos, pero siempre sentía que interactuar con Mia era solamente darle razones para que ella continuara sin que le cayera bien. No podía evitar sentir que ella tenía buenas razones para mantenerlo lejos, razones que Michael consideraba intrínsecas de sí.

"Me acuerdo" admitió. "Lo siento" agregó, enderezándose en el asiento como queriendo transmitir algo de sinceridad en su postura. "Sé que no soy uno de tus amigos y, la verdad es que..." frunció el entrecejo. Tenía que decirlo. Tragó saliva. Tenía que decirlo.

[Mia Smethwyck]

Tanto esfuerzo conteniéndose de tratarlo mal para terminar reprochándole como una nena de cinco años que él no quisiera ser su amigo, como si por tener amigos en común tuvieran la obligación de caerse bien o ser amigos también. No entendía por qué insistía con él, por qué le gustaba ¿qué era lo que tenía que le atraía? si ni siquiera podía pronunciar su apellido bien, pero lo veía y sentía que algo dentro de ella se alteraba de manera ridícula. Quería que la mirara, que le prestara atención, quería gustarle y poder rechazarlo, o mejor, poder abrazarlo y comprobar que era como se imaginaba, todo suave. No tenía sentido que pensara eso, pero lo pensaba.

Mia alzó las cejas, como esperando que siguiera, mientras se reclinaba levemente sobre la mesa, como queriendo oírlo. Que se atreviera a deicr que él tampoco la soportaba.

[Michael Llewellyn]

Inhaló por la nariz, manteniendo el aire en sus pulmones unos segundos y mirándola. Ni siquiera podía explicar exactamente qué era lo que lo llevaba a actuar de la forma que lo hacía con ella. No entendía porqué su supuesta valentía lo dejaba de lado cuando se trataba de lidiar con Mia. Exhaló por la boca.

"No quería encasillarme como amigo tuyo" dijo. Vale, no era lo que debería haber dicho, pero era algo. "Aceptar ser tu amigo es como... limitarme. Si me gano tu amistad, genial, pero" se relamió el labio inferior, como buscando la palabra "no lo sé". Aflojó los hombros, derrotado.

[Mia Smethwyck]

No entendía nada de lo que Lulein quería decir con su balbuceo, sólo le llegó la palabra 'limitarme'... como si ser su amigo fuera un límite para algo. ¿Para qué? No comprendía a lo que Michael se refería, solo entendía que él efectivamente no quería ser su amigo, pero ya había pasado, ya debía asumirlo. Apretó los labios.
"Genial" repitió la palabra que él usó todavía con algo de resentimiento y bajó la mirada sintiendo que ya no tenía ganas de tomar el té. Estúpido té, estúpido cupido, el amor y toda la bola. "No, genial no..." soltó de repente "No te entiendo, Luleben ¿limitarte para qué?" esperaba que le dijera que lo haría ver mal en el grupo o algo así, ¿Julia no lo dejaba tener más amigas? ¿Lina sí pero ella no? no tenía sentido.