La lucha

[Winston Harrington]

A Winston se le agrandaron los ojos (dentro de lo posible, claro está, que no era mucho) cuando ella le contó la anécdota. No estaba enterado, y menos mal, porque escuchar algo así en primer año era aterrador.
"¿Dos horas?" preguntó horrorizado. Dos horas ahí, sin poder moverse y esperando que pasara alguien para que la ayudaran... le dio un no sé qué de empatía. "Yo hubiera dejado la pierna ahí" bromeó alzando las cejas.

[Winston Harrington]

Parece que su miedo a los varones realmente era peligroso, lástima que Winston no había hecho una conexión entre ambas cosas. Ni se imaginaba que algo como el temor (en vez del asco o desprecio) era la causa, y que la afectaba más a ella que a los varones a los que no les hablaba.
"Bueno, para la próxima ya sabes: te desenroscas la pierna y listo, siempre la puedes ir a buscar al día siguiente" comentó con tranquilidad, como si estuviera hablando muy en serio.

[Winston Harrington]

Negó con la cabeza al tipo que soltaba un muy despreocupado "Naaah" agitando una mano en el aire como si estuviera papando moscas.
"Una vez que desenrocas la pierna solamente tienes que hacerte bolita y bajar rodaaaando directo hasta la entrada de la sala común" explicó con simpleza, como si de verdad alguien pudiera hacer algo así. Era la hora, Alice, era tarde y le dolía el ojo, no deberías juzgarlo por sus fumadas en ese momento.

[Winston Harrington]

Recién cuando ella tartamudeó que él recordó con quién estaba hablando. Momentos atrás, mientras deliraba con lo de la pierna y demás, se había olvidado que Alice era tímida. Igual le sonrió, porque ella estaba siendo simpática, y realmente le agradecía el esfuerzo. Es decir, después de cuatro años finalmente estaba hablando con ella, y le estaba cayendo bien. Nada que ver con la chica presuntuosa y antipática que se había imaginado.
Se rió, sincero, con el comentario de Alice. "¿No tienes tus iniciales bordadas en la pierna?" preguntó como si fuera de lo más normal, y hablaran de un pañuelo o algo así.

[Winston Harrington]

Volvió a reírse, encantado con que Alice estuviera bromeando con él. Era inesperado, pero estaba sinceramente agradecido de que ella estuviera siendo tan buena onda con él. No es que esperara más, o que de ahora en más demandara que siempre se llevaran así, pero al menos apreciaba el momento mientras duraba.
"Oh, vamos, ¿acaso no sabes de mis chorrocientos tatuajes?" preguntó, como si de verdad los tuviera. Con la mano con la que rozaba la pared se tocó el brazo que estaba del lado de Alice, como mostrándole dónde tenía los tatuajes imaginarios escondidos bajo el uniforme. Uno seguramente decía 'mamá', el otro decía 'Uruguay' pero una de las u era un mate.

[Winston Harrington]

No se si Winston es inofensivo (vaya uno a saber, quizas se peleaba con alguien y lo resolvia a las mordidas), pero seguramente no iba a esperar que Alice lo saludara efusivamente con un abrazo en los pasillos. Con tal de que no lo ignorara alevosamente iba a sentirse mas que complacido.
"Obvio" le dijo, porque el pensaba que los dos estaban en la misma pagina, sabiendo que era totalmente una broma. "No se que hacen ustedes en la habitacion de mujeres, pero los varones de Gryffindor tenemos rituales de iniciacion que incluyen varios tatuajes" exagero, pretendiendo hablar en serio.

[Winston Harrington]

Prometo entonces que Winston nunca va a forzar a Alice a que lo vea mientras va al dentista, entonces. No sé de qué otra forma de puede cooperar para evitar esas pesadillas.
"Pero ustedes son Gryffindor, deben ser unas galletitas bien hardcore, ¿no?" preguntó. No sé, en el caso de Alice podrían ser galletitas tipo hombres de jengibre: toda una demostración de valentía Gryffindor el destrozar a un hombre con sus dientes y tragarlo. No sé de qué podrían ser las otras galletas, pero mi mente ya se fue por cualquier lado.

[Winston Harrington]

¿Pero y si en algún momentos le ponían aparatos en los dientes y Alice justo lo veía así como en sus pesadillas? Era mucho riesgo, mejor no involucremos a los dientes en esto, porque Winston va a terminar como Suárez.
"Oh" dijo pretendiendo estar decepcionado cuando ella le confirmó que no tenían nada de hardcore las galletas que comían las Gryffindor de su año en la habitación, y luego vio lo que ella le extendía. Le dolió el ojo cuando puso expresión de feliz sorpresa.
"¿Cómo que 'perdón'?" preguntó casi como ofendido, pero en broma, "¿En serio puedo agarrar una?". Parecía como un nene en la mañana del 25 de Diciembre, Alice.

[Winston Harrington]

Winston la miró, y luego bajó la vista a las galletas, pensativo. Si estuvieran en confianza no dudaría en agarrar todas las galletas, aprovechando lo que ella le ofrecía. Pero era Alice, una compañera que él hubiera jurado frente a las autoridades y un jurado compuesto por sus pares que lo odiaba y lo encontraba ridículamente desagradable.
"Bueno, agarro dos" eso hizo, agarrando dos pedazos grandes entre los dedos índice y pulgar y las alzó un poco para mostrárselas, como si fuera evidencia. "No te las quiero comer todas, gracias" le aseguró, metiéndose una mitad en la boca.

[Winston Harrington]

Pues entonces va a ser una perdida de tiempo, dinero y recursos, porque Winston iba a ir al juicio de todos modos, aunque tuviera altas chances de perder. Porque desde su punto de vista no tenia forma de saber que no era odiado, no seria justo si el jurado invalidaba sus sentimientos pero era mucho mejor que retirar los cargos.
"Estan muy buenas!" exclamo, con la boca llena mientras masticaba. Perdon por la falta de modales, por cierto. "Es la primera vez que pruebo galletas de canela" admitio, tragando antes de sonreirle, aun que ella no estuviera viendolo.

[Winston Harrington]

Asintió mientras disfrutaba la galleta, saboreándola como si tuviera todo el tiempo del mundo y no estuviera haciéndole perder a Alice preciosos minutos de sueño por acompañarlo a la enfermería.
"Mal que haces" le dijo jocosamente, como si ella se perdiera de mucho dudando de su palabra. "¿Sabes hacerlas?" preguntó, aprovechando que por fin estaba hablando con ella. Quizás no era una pregunta personal interesante, pero era algo. Por algún lado había que comenzar.

[Winston Harrington]

Asintió, porque era fácil imaginarse a Alice horneando y cocinando en general: era una atmósfera tranquila y que iría bien con alguien solitario (o más bien selectivo) como ella, que al mismo tiempo parecía femenino y maternal.
"Seguramente vas a tener tiempo para aprender a hacer cosas nuevas en vacaciones" le dijo tratando de animarla. "¿Alguno de tus padres es chef o algo así?" curioseó, porque no terminaba de entender bien quién era Calvin y cuál era su rol.

[Winston Harrington]

"Oh" dijo mientras asentía, aunque en su caso no sabría realmente lo que era tener padres ausentes. Winston era uno de eso con suerte, que tenía una familia bastante unida donde los únicos problemas eran bastante insignificantes comparados a las desgracias diarias ajenas.
"No, ¡para nada! Solamente sé comer" le dijo con una sonrisota, como si fuera uno de esos talentos para los que uno tenía que entrenar y esforzarse. Se llevó una mano a la cara, porque tenía ganas de tocarse alrededor del ojo para ver si realmente estaba inflamado.

[Winston Harrington]

La risa de Alice difícilmente podía ser considerada escandalosa. Seguramente tenía una de esas risas delicadas y sinceras que parecían esfumarse en el aire a los pocos segundos. Pero bueno, yo no sé.
"Ah-" soltó, porque ni había analizado lo que estaba por hacer. Había sido como un impulso, le dolía el ojo, su mano quería ir a checkear qué estaba pasando. "Caray, gracias" le dijo, bajando la mano otra vez y mirándola con asombro. Se imaginaba que cualquier otro lo hubiera dejado a que aprendiera solito la lección.

[Winston Harrington]

Winston la esperó a que saliera del baño, sin entender del todo a qué había entrado. Se quedó mirando los pedazos de galletas que quedaban y asumió que Alice estaba haciendo lo suyo, por lo que se metió otro pedazo de galleta en la boca, esperando pacientemente mientras miraba el pasillo por si veía que se acercaba el celador o su gata rara, masticando en silencio.
No tardó nada Alice en regresar con el pañuelo húmedo y él se le quedó mirando anonadado. ¿En serio? "Alice, eres demasiado buena" le avisó como si fuera una seria advertencia. Tomó el pañuelo que ella le extendía y le devolvía el otro. Se lo apoyó sobre el ojo y tuvo que tragarse un suspiro de alivio, ¡qué bien que se sentía!