Palabras, palabras, palabras

[Jesse Sacheverell]

((¿Vamos a dormir?))

Todo parece breve si lo cuentas en años de tortuga, Vivienne.
"Me parece muy bien" le dijo, sin moverse del lugar. Porque no capta, Vivienne. O peor aún, capta, pero no sabe cómo irse. Parece algo sencillo, pero no sabe si levantarse y huir, si saludarla, si moverse a otra mesa o quedarse ahí hasta que ella se olvide que existe y aprovechar para escapar. "¿Quieres que...?" preguntó, señalando con el dedo pulgar por encima de su hombro. Ayúdalo a ayudarte.

[Vivienne Branagh]

((¬¬))

Mordió su labio inferior. ¿Querer? Sonaba muy feo. Realmente, Jesse lo tenía más fácil levantándose y yéndose, que ella diciéndole que se fuera a ver qué estaba pasando en el patio más cercano. Se encogió de hombros. "¿Cuánto vas a tardarte en comenzar a hacer ruiditos si te quedas aquí sentado?" preguntó muy seria.

[Jesse Sacheverell]

((¿Separados?))

"No sé" lo pensó. "¿Minutos?" ofreció como respuesta, mientras movía las piernas. "Y también voy a mover las piernas así" le contó "porque quiero ir al baño". Se podía aguantar, pero ahora que estaba pensando en ello se le hacía más difícil.

[Vivienne Branagh]

((¿Tú qué crees? Que te adopte alguien más))

"Fuera de aquí" ordenó. Ok... se lo dijo de la manera más amable pero firme posible. Parece que después de todo no le costó mucho trabajo. Además, espera que quede claro que se le dijo con cariño. O... lo que sea que le tengas a tu mejor amigo desde hace ¿uno, dos minutos?

[Jesse Sacheverell]

((Pero nadie más me va a querer))

Estaba todo bien, porque se lo tomó de la mejor forma posible. "Gracias" recogió sus cosas a lo bruto antes de ponerse de pie. "Suerte con tu coso" le deseó, con sus cosas entre los brazos. Ni se acordaba porqué había ido a la biblioteca en primer lugar.

[Vivienne Branagh]

((Francamente lo dudo))

Se tragó una risotada. '¿Suerte con tu coso?'. Ojalá nadie escuchara eso, podría interpretarse de maneras poco deseables. "Gracias" murmuró. Y quiero imaginar que, en cuanto Jesse se fue, Vivienne pudo escribir un ensayo más o menos decente y durmió todas las horas que quiso (ok, no, seguro fueron sólo ocho).