No hay que quedarse con las ganas

[Basil Markinswell]

La obsesión de Alessa con quedarse con su ojo defectuoso como trofeo era parte de lo que lo hacía pensar que estaba jugando con fuego metiéndose con la rara del curso, pero las hormonas le pedían que aprovechara cada oportunidad. Basil no se sentía cómodo en la biblioteca ni en ningún lugar público del castillo por más escondidos que estuvieran, para él privacidad era estar solos, no que alguien pudiera aparecer en cualquier momento.
Recibió el beso satisfecho de haber conseguido lo que quería y le devolvió la caricia antes de separarse. Tomó el libro de Transformaciones con la mano derecha y lo alzó un instante "Creo que debería seguir con esto" murmuró sintiendo que era inútil estudiar cerca de ella, y que ya no tenía sentido fingir que quería su ayuda, quizás lo mejor fuera irse a su sala común e intentar que le entraran un par de ideas en la cabeza antes de acudir a su cita "¿Nos vemos en la mazmorra del... club?" medio que se negaba a llamar así a la reunión semanal de raritos pero parecía ser el lugar más indicado, además todo había comenzado allí, ¿cierto?