Elige tu propia aventura

[Sebastian Mayfield]

O sea que el problema se solucionaría si Mina fuera pedófila. ¿Ves? Una total falta de esfuerzo de tu parte, Mina, total falta de esfuerzo...
"¿Mi plan?" preguntó, como si no supiera de lo que ella estaba hablando. "¿Para cuando salgamos de Hogwarts?" hace preguntas obvias porque necesita tiempo para pensar y organizar las pocas ideas que tiene.

[Mina Hayward]

Ciertamente, porque si le tocara enseñar en Hogwarts, tendría garantizado que todos sus estudiantes serían mínimo bonitos, con algo de suerte devastadoramente babeables. Lástima de sus gustos más convencionales y aceptados por la sociedad.
Asintió con la cabeza una vez, intercambiando una rodada de ojos por una sonrisa. Giró en su silla, sentándose de lado, para que él no tuviera que hablarle a su perfil.

[Sebastian Mayfield]

¿Y qué te da a cambio la sociedad por conformar a sus normas? Nada. Nada, Mina. Es un mundo muy injusto en el que vivimos.
"Pues" entrecerró los ojos, mirándola pensativo. "Me gustaría ser jugador de Quidditch, pero hay que ser realistas" admitió, alzando los hombros. "Así que supongo que no sé" tanta introducción para nada. Le sonrió, porque la verdad es que no está muy estresado al respecto, aunque sí le preocupa.

[Mina Hayward]

Enarcó una ceja. Repitió las palabras de Sebastian en su cabeza, tratando de darles coherencia que no encontraba en la versión original. "¿Qué significa eso?" preguntó, entrecejo arrugado. "¿Que quieres ser realista, qué signifca? ¿No eres bueno?".
Explico: Mina va a los partidos de quidditch. Es perfectamente capaz de tirar baba por los jugadores. Entiende por qué gana un equipo y no el otro. Pero no sabe nada de jugadas, reglas, técnicas, destreza. Francamente, mientras ninguno de ellos se caiga de la escoba, para ella están haciendo un buen trabajo.

[Sebastian Mayfield]

Y él que pensó que estaba siendo bastante obvio, y que por eso no hacía falta aclarar nada. "Soy bueno dentro de lo que es el equipo de Gryffindor" le dijo, inclinando la cabeza como si estuviera explicándole algo muy serio. "Bah, modestia aparte, soy bueno dentro de lo que es Hogwarts" claro, modestia aparte, con lo bien que se le da la humildad.
"Pero ¿te imaginas en uno equipo profesional? ¿Con gente de vaya a saber dónde, con sólo Merlín sabe cuántos años de experiencia?" negó con la cabeza.

[Mina Hayward]

Se le quedó viendo mientras procesaba lo escuchado y encontraba una respuesta inteligente, porque podría pensar mirando el techo o la mesa, pero Sebastian es agradable a la vista. Levantó la mano derecha para mostrarle la palma, gesto que acompañó con un "espera". Frunció los labios. "¿Y cómo crees que se volvieron excelentes, que ganaron experiencia? Tuvieron que empezar como tú..." apuntó. "Es más, apuesto que literalmente empezaron como tú, ¿cuántos nombres de profesionales británicos encontraríamos en las listas de los equipos de Hogwarts?" preguntó. Ella votaba por muchos.

[Sebastian Mayfield]

"Bastantes" respondió inmediatamente, porque de haberse detenido a pensar hubiera soltado una respusta que ayudara más a su caso. Le daba miedo intentar algo así porque ¿cuántos jugadores de Hogwarts iban a los equipos profesionales? Si la respuesta fuera 'todos' estaría más tranquilo. Si le iba mal se moriría de verguenza y se iría a juntar tomates bien lejos de donde haya gente conocida.
"Pero estábamos hablando de ti, ¿no?" preguntó, con una sonrisa, tratando de volver a enfocar el spotlight sobre Mina.

[Mina Hayward]

Enarcó las cejas. Cierto, habían estado hablando de ella, y ella era su tema favorito, pero no estaban llegando a ningún lado; las conversaciones sin sentido la estresaban (por lo general, no me salgas con que habla con Duke, porque eso ya lo sé... Duke es la excepción a todas las reglas). "Supongo que puedo buscar opciones para seguir estudiando" comentó, para después alzar los hombros.

[Sebastian Mayfield]

Alzó los hombros, alevosamente, mientras agrandaba los ojos, como aprobando la idea de Mina.
"¿No hay gente a la que le pagan por estudiar?" preguntó, casi seguro de que existían. Enfocó sus ojos en un punto al azar (que resultó ser uno de los rulos de Mina) y lo miró fijamente, mientras trataba de hacer memoria. Porque tenían que existir, o al menos algo lo suficientemente parecido como para que su sugerencia tuviera sentido.