Nombre completo: Amelia Eleanor Grey Hunt
Casa y año:
5to año. Ravenclaw
Padres:
Ambos Muggles.
Personalidad:
Todo, absolutamente todo debe estar en un perfecto control para Amelia, todo tiene un código, un límite y una razón, si carece de sentido no lo lleva a cabo, o en el mejor de los casos hace que tenga sentido. Sumamente educada con sus superiores. Con sus iguales es amable a la medida que son amables con ella, es decir, su comportamiento se guía por como es tratada, nada de que si te pisotean igual le vas a hacer sus deberes, no, eso no va con ella.
Paranoica cuando las cosas se le salen de las manos, hasta el punto de ser capaz de hacer un drama por algo que tiene fácil solución. No es especialmente empática, se le es muy difícil saber lo que piensan las personas, es muy literal en ese sentido, incapaz de ver lo obvio a menos que no lo haya estudiado con anterioridad.
Fue criada en un ambiente de estudio y trabajo, acostumbrada desde edad joven a las noches en vela con una taza de café negro en mano. Nada se consigue sin esfuerzo en el mundo de Amelia, nada es gratis ni aparece por milagro de Merlín.
Una parte muy importante de su personalidad es su pavor por las hormonas, ¡Le huye cual gato a un perro!, porque las hormonas son incontrolables, te dominan aunque tú no lo quieras y hacen que hagas cosas que en tu estado normal no harías. Dios, ¿Quién habrá inventado a esas hormonas del mal?
Se subestima a sí misma un poco. A veces dice que no tiene las habilidades para hacer algo y lo termina haciéndo bien. No por querer ser modesta o humilde, es quizás que tiene un poco el autoestima baja. Pero está trabajando en ello.
Familia:
Nació en Londres, más específicamente en Camden Town. Estudió en North London Collegiate para niñas hasta su estadía en Hogwarts.
Su madre, Eleanor Hunt, es sexóloga, así que cada vez que tiene oportunidad le da una charla sobre el amor, los hombres y ese maleficio llamado sexo. Su buen humor es lo que la caracteriza, siempre con una sonrisa en los labios, no solo porque está dentro de su naturaleza como persona sino que tiene que serlo para su trabajo en donde entran todas aquellas adolescentes embarazadas que buscan algún tipo de consuelo en ella.
Su Padre, Thomas Grey, es odontólogo, callado y fácilmente impresionable con detalles de la vida cotidiana, se deleita con las simplezas y es una persona agradable con solo su presencia. Amelia le tiene mucho respeto y espera algún día ser tal y como es él en personalidad, todo serio y sabio.
No tiene hermanos, si los tuviera, su madre no hubiera estado tan ocupada enseñándole lo que podía pasar si se descuidaba con los hombres.
Le huye un poco a ese tipo de conversaciones pero en si se lleva muy bien con su familia, la cual estuvo completamente de acuerdo con ese nuevo mundo mágico de Amelia, apoyándola en lo mejor posible.
Altura: Estatura promedio de 163 cm
Apariencia:
Tiene el cabello castaño oscuro, no completamente liso pero no lo suficientemente ondulado para tener una forma bonita. Normalmente lo lleva suelto o agarrado en un moño.
De tez blanca. Su cara está llena de pecas que quisiera no tener. Sus mejillas son rosadas que aumenta de tono cuando las hormonas la acorralan. O eso dice ella cuando se sonroja.
¿Notaron su enorme frente? Si no lo hicieron, ella sí. Enorme frente llena de pecas, ¿Qué hay peor que eso?
Sus ojos son relativamente pequeños, especialmente cuando ríe, de color azul celeste.
Sus dientes son decentes, no demasiado perfectos pero hay peores, lo que odia es su tonalidad amarillenta, lo cual es de familia, no importa cuanto su padre intente arreglarlo, parecerá una inglesa donde sea.
En su interior le gustan sus labios, son carnosos y rosados, pero piensa que es un juego malévolo de sus hormonas por querer tener labios voluminosos que llamen la atención de los chicos.
No es delgada, pero tampoco es rellena. Está entre el peso ideal y los dos kilos de más. Se preocupa lo suficiente en la comida, más por su salud que por lo físico (¿Para qué?, ¿Para que los chicos la miren y luego aparezcan las hormonas? No, gracias)
Tiene más atributos femeninos que los que de verdad quisiera, digamos que está bien dotada pero no en exceso como para tener dolor de espalda. Cabe destacar que lo tapa con la ropa lo mejor que puede, usando tonos opacos y/o chaquetas que disimulen.
Defectos y virtudes:
- Es perfeccionista, todo tiene que salir como se espera sin ningún error.
- Controladora, con las cosas y con las personas.
- Paranoica, tal vez en exceso con las situaciones que se le salen de las manos.
- Se subestima a sí misma sobre sus habilidades.
+/- Recíproca, todo lo que recibe lo da, si la tratas bien ella lo hará de igual forma y lo mismo si es lo contrario.
+ Educada con la mayoría.
+ Intenta dar lo mejor de sí siempre.
Algo más:
-No tiene mascotas porque tiene miedo que no la obedezcan y que hagan desastres, lo cual va en contra de su código de perfección.
-¿Quidditch? Es una excelente espectadora, anima a su equipo como nadie pero de allí a algo más no.
-Toca el violín, es su pequeña pasión secreta pero cree que no lo toca muy bien así que cuando lo hace prefiere estar sola.
-Por si no se había notado culpa de todo a las hormonas, si se sonroja son las hormonas, si le gusta un chico son las hormonas, si se deja llevar por algo son las hormonas, por eso le huye a todo ese tipo de situaciones que puedan comprometerla con las hormonas, sin importar si tiene que parecer una loca demente al salir corriendo cuando un chico lindo le habla.